¿Dónde estas?

Decisiones

Por los siguientes minutos Keith no dijo ni una sola palabra, observaba atentamente a Slav dándole los últimos retoques a los nuevos lentes de Pidge, mientras la chica le contaba con lujo de detalles el encuentro que había tenido con Shiro durante su desmayo dentro del león negro, nuevamente sintió esa extraña sensación de hervir su sangre mientras la piloto describía la sensación de sentir la cercanía de su líder, a pesar de que Pidge había omitido el detalle del beso, cosa que aún seguía resonando con insistencia en la mente del chico.

Cuando la chica terminó su relato, Slav le colocaba los lentes en el rostro para comprobar su efectividad.

– ¿Cómo los sientes? – preguntó el excéntrico inventor - ¿Puedes ver correctamente? –

– ¡Asombroso! – exclamó la chica mientras veía alrededor – Incluso veo mejor que antes –

Por una milésima de segundo su vista se detuvo en el paladín rojo que estaba de pie justo a sus espaldas, pero inmediatamente aparto la vista con una mueca de molestia y continuó dirigiéndose directamente a Slav, que hasta el momento no había dicho ni una sola palabra, salvo alguna pregunta ocasional.

– ¿Qué opinas? – preguntó expectante – ¿Es posible que me haya podido comunicar con Shiro a través del león negro? –

– Los leones de Voltron – empezó a explicar el genio con un tono serio que rara vez usaba – Son tecnologías antiguas, portadoras de una tecnología que no puede explicarse únicamente con ciencia, por lo que es muy posible que hayas podido comunicarte con él por medio de la conexión habida entre el león y su piloto –

La mirada de la paladín se iluminó de inmediato, incluso la mirada de Keith reflejaba un brillo de esperanza a pesar de su ceño fruncido, por lo que Slav se apresuró a agregar en un tono sombrío.

– Las probabilidades son pocas, pero de estar en lo cierto es casi imposible llegar a él –

– ¿A qué te refieres? – preguntó Keith que se había acercado para sentarse junto a Pidge, y escuchaba atentamente lo que Slav decía.

– Según tú – agregó el científico mirando a la chica – Shiro mencionó estar en el planeta Galra original –

– Así es – reafirmó la piloto con una mirada decidida.

– Pues verán – prosiguió Slav – El planeta Galra original fue destruido de una forma impresionante, hoy en día ninguna nave se acerca a la zona, está llena de escombros espaciales, lo que hace imposible maniobrar fácilmente a través de ella y no es lo peor de todo. Sea lo que sea que destruyó el planeta causo una liberación del núcleo del mismo al cosmos, la zona está altamente contaminada. Ninguna nave normal resistiría la corrosión, sin mencionar un cuerpo orgánico –

– ¡Yo sé que él está vivo! – protestó la chica inmediatamente.

– Aún si lo estuviera – prosiguió la criatura evitando la interrupción – El castillo no podría entrar a la zona y la princesa alteana no lo permitiría, ninguna de las naves... –

– ¡No iremos en ninguna nave! – rebatió la piloto.

– Los leones – dijo el paladín rojo, concluyendo las palabras de su compañera – Iremos en los leones, el león rojo puede esquivar fácilmente los escombros e incluso resistir la corrosión de los restos del núcleo –

Slav vio dudando a los dos chicos que lo observaban con determinación en sus ojos, él sabía lo que querían decirle, él era el que se encargaba de trazar la ruta del castillo y en realidad no era una idea tan descabellada ya que por los riegos de la zona, las demás naves tendían a evitarla por lo que no tendría problema de convencer a la princesa de llevarlos en esa dirección.