El producto de la determinación

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Keith se sentía cálido por alguna razón, no recordaba en que momento cuando se quedó dormido, pero lo despertó el peso de Hunk sobre su hombro y el ronquido de Lance sobre su oído, se desentumió un poco tratando de estirarse y notó que algo lo cubría, alguien había puesto una manta sobre los tres chicos y al notarla Keith no pudo evitar ponerse de pie de golpe. La cápsula estaba vacía.

Keith miró alrededor, pero no había rastro de hacía donde pudo haber ido su compañera, ni el uniforme de la misma que estaba junto a la cápsula, así que despertó a los otros chicos para que lo ayudarán a buscarla.

- ¿Qué sucede ahora, Keith? – bostezó Lance mientras despertaba.

- Pidge no está – anunció el paladín, pero sus compañeros no parecieron alterarse mientras se desperezaban.

- ¿Qué esperabas? – dijo Hunk – No iba a quedarse aquí todo el día, probablemente Allura la haya mandado a llamar para regañarla como a nosotros. –

- Si no está aquí significa que está bien – agregó Lance levantándose – Déjala respirar un poco –

Hunk se levantó y anunció que iría a experimentar en la cocina y que pasaran en unos minutos más si querían comer, Lance por su parte quería seguir durmiendo solo que en su habitación, pero antes de salir algo cruzó por su cabeza y no pudo evitar detenerse, quería sacar una duda de su mente.

- Oye Keith – llamó la atención de su compañero - ¿Qué clase de relación tienes con Pidge? –

- ¿A qué te refieres? – cuestionó el paladín rojo, sintiéndose algo avergonzado, no esperaba que alguien le hiciera esa pregunta, especialmente Lance.

- Bueno, ustedes dos últimamente han estado muy unidos y pareces muy preocupado por ella, solo... bueno me preocupa que te estés haciendo ideas raras sobre ella o algo así –

- ¿Qué quieres decir con eso? – preguntó Keith ahora con molestia, desde la noche que había pasado en su habitación le preocupaba que los chicos malentendieran su relación, pero lo que Lance sugería lo molestaba.

- Solo no me gustaría que las cosas se pusieran más raras entre nosotros, Keith. Los intereses de Pidge son muy obvios, pero los tuyos por otro lado, no quisiera que Pidge se llegue a sentir incomoda o que tú salgas lastimado. –

Una vez dicho lo que quería decir Lance salió del cuarto dejando a Keith muy confundido, se dirigió a la habitación de Pidge pensando en el significado de sus palabras de Lance, aún estaba molesto, pero no sabía porque. Cuando Keith llegó a la habitación la encontró vacía, cosa que lo hizo molestar más, fue a los hangares esperando encontrar a su compañera, pero también los encontró vacíos aunque algo le llamó la atención.

Los leones estaban notablemente dañados, el león rojo y azul tenían una gran abolladura en el lugar donde se habían impactado, el león rojo tenía una enorme ralladura en la cola y comprendió que debió ser lo que había estancado juntos a ambos leones. El león verde aún tenía la cola congelada, al igual que varios golpes y ralladuras de cuando había perdido el balance e incluso el león amarillo tenía varios golpes más de lo usual. No pudo evitar pensar nuevamente en las palabras de Allura, habían actuado por separado y sus leones habían pagado el precio, sintió la necesidad de disculparse con su león, pero antes tenía que hacer algo por él y buscar a quien sabía que podía arreglarlo.

Keith se dirigió hacia la habitación que ocupaba Slav, él casi nunca se encontraba ahí, pero prefería buscarlo ahí antes de ir a la sala del timón, no quería ver a Allura y se sorprendió al escuchar voces salir de la habitación de Slav.

- Podría reemplazarlo con otra cosa – dijo la voz de Slav con seriedad – Un cristal de Teludav podría ser un reemplazo perfecto y podría reemplazar ambos. Serían más resistentes y no tan sencillos de romper. –

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