El regalo de la esperanza

655 71 44
                                    

Pidge pudo sentir una explosión de emociones y sensaciones en un segundo; en primer lugar por los labios de Shiro sobre los suyos; suaves, cálidos, que le robaban el aliento, seguido por una calidez en su pecho que aceleraba los latidos de su corazón a su máxima capacidad, un cosquilleo que recorrió tomo su cuerpo e incluso por un momento pareció notar los labios del chico moviéndose al compás de los suyos, pero tan rápido como empezó acabó, pues Shiro la separó de él con un rápido y brusco movimiento.

– ¡Pidge! – la llamó mientras la separaba de su cuerpo, su cara estaba completamente roja, lo que provocó que el rostro de la chica adquiriera el mismo color en un segundo.

– ¡Shiro! – gritó sintiéndose avergonzada, mientras abrazaba su propio cuerpo con completa vergüenza provocándole que empezara a tartamudear - ¡Lo-Lo siento! Y-Yo no d-debí hacer eso. –

– ¿Cómo llegaste aquí? – le preguntó el paladín negro en un desesperado intento por cambiar el tema.

– Yo, estaba buscándote – respondió la chica cuyo rostro aún se encontraba sonrojado, pero en cuyos ojos se mostraba la determinación que tenía en la misión que ella misma se había consignado – Pero, ¿Qué lugar es este? No recuerdo haberlo visto antes. –

– Este es el planeta Galra original – le contestó el capitán con un rostro sombrío – Este mundo fue destruido hace mucho tiempo, cuando Zarkron traicionó a los paladines anteriores en un intento por apoderarse de Voltron para conquistar la galaxia. –

Pidge miro alrededor con sorpresa mientras asimilaba todo lo dicho por su capitán.

– ¿Cómo sabes todo esto? – pregunto con curiosidad al notar lo mucho que conocía su compañero.

– No estoy seguro – contestó, pero inmediatamente negó con la cabeza y agregó – En realidad es difícil de explicar, es todo –

La chica miraba alrededor, buscando y pensando la forma de escapar, pero en ese momento algo extraño sucedió, el lugar empezó a iluminarse de una forma extraña, mientras el alrededor se difuminaba.

– ¿Qué sucede? – preguntó mientras dirigía su mirada a Shiro, pero el paladín la veía con una mirada condescendiente mientras sonreía con tristeza. – Shiro ¿Qué está pasando? –

– Tú no deberías estar aquí – le dijo con esa sonrisa triste que le rompía el corazón – Tienes que volver –

– ¡Shiro, no! ¡No me hagas esto! ¡No me dejes! –

Pidge gritó con todas sus fuerzas, sentía un dolor en el pecho que aumentaba en intensidad, pudo sentir que algo se desvanecía, pero fue lo suficientemente inteligente para darse cuenta que no era el mundo quien se desvanecía, era ella. Ella misma era quien se desvanecía, quien se alejaba de él. Grito con todas sus fuerzas mientras el mundo se convertía en una mancha borrosa y sentía violentas sacudidas estaba confundida y adolorida, no sabía que pasaba, así que solo empezó a golpear al aire aleatoriamente hasta que golpeó algo.

Eso la trajo a la realidad, no sabía con seguridad que había golpeado, era suave y a la vez firme. Se dio cuenta que estaba sobre algo duro, tal vez el suelo, se sentó en ese mundo confuso y borroso tocando su rostro, aún lloraba sin parar y no tenía sus lentes, eso explicaba el mundo borroso, pero a la vez se asustó y empezó a palpar el suelo en busca de algo que no estaba segura de encontrar, cuando escuchó la voz de Keith no muy lejos de ella.

– Eres fuerte para ser tan pequeña – dijo con un tono adolorido.

– ¿Keith? ¿Eres tú? – llamó la pequeña chica, su voz sonaba asustada, y temblaba incontrolablemente, mientras buscaba el tacto de su compañero extendiendo sus manos hacia donde provenía su voz – ¿Dónde estás? ¿Qué sucedió? –

¿Dónde estas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora