🌹 PLANTANDO CAPULLOS[CAPITULO 4]

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-- Mi hermosa rosa--

Sus delgados brazos se estiraron lentamente bajo las cálidas sábanas mientras soltaba un bostezo. Se acomodo en una posición fetal, no quería de abrir sus ojos miel, su deseo en esos momentos era seguir acostado entre las sabanas y conservar el calor de su cuerpo

Poco a poco sintió Yuuri como unos brazos fuertes abrazaban su cintura con tanta delicadeza mientras acariciaban su vientre con tanto cariño. En ese momento Viktor y Yuuri dormitaban en una posición bastante común entre las parejas llamada "cuchara. Esa posición la habían adoptado después de un mes y medio durmiendo juntos, ya que, el menor al principio siempre se alejaba del mayor y le daba la espalda al dormir. Algo doloroso para Viktor mas no tenía prisas en adelantar rápidamente las cosas, sabía que el pequeño Japones caería a sus pies.

Lentamente Viktor abrió sus orbes azules. Le tomó pocos segundos posar su mirada en su amado, lo cual hizo que sonriera ligeramente y apretará mas para apegar su fino y hermoso cuerpo a el suyo. -- Yuuri, amor-- susurró con una voz ronca mas de lo normal gracias a que este se acababa de despertar.

El cuerpo del menor se movió ligeramente y soltó un ligero quejido de no querer despertar. El cuerpo del menor se dio vuelta para estar frente a frente con el mayor, acto que hizo que Viktor se sorprendiera y sonriera por dicha imagen en la mañana... Simplemente el rostro de Yuuri era la de un ángel. Sin poder resistirlo mas beso la frente del menor para después bajar a los labios rosados del japones, cosa que hizo que el menor despertara.

El rostro del japones estaba rojo hasta las orejas y cuando los labios del mayor se separaron lentamente de los contrarios, estos se encontraban ligeramente abiertos y en un intento de pronunciar algunas palabras las cuales no salieron hasta que Viktor rió ligeramente -- Eres muy lindo-- comentó con una gran sonrisa en sus labios.

--No... no lo soy-- pronuncio con nerviosismo escondiendose entre las sabanas mientras intentaba calmar el latido de su corazón y el rojo intenso que adornaba su pálida piel.

-- Claro que lo eres-- le miró por un momento aquel bulto sobre la cama -- Cariño, no te vayas a destapar, me voy a cambiar-- su tono de voz fue dulce -- a no ser que me quieras ver desnudo-- agrego con voz seductora.

Y cuando termino de vestirse, se lanzo a la cama donde estaba su amado y abrazarlo -- Bebé iré con mi padre a resolver unos asuntos del Clan-- quito las sabanas que cubrían a Yuuri -- Nos vemos, Te amo-- murmuro en su oreja para después depositar un beso en los labios contrarios antes de retirarse de aquella gran recamara.

Tras escuchar la puerta cerrarse, el menor llevo sus manos donde se situaba su corazón acelerado y soltó un suspiro. -- ¿Qué me esta pasando?-- se levanto de la cama y decidió darse un baño de agua caliente para relajarse, el cual cabe de mencionar que duro media hora dentro de la tina.

Una vez limpio, se puso un conjunto que la Madre de Viktor había escogido para él. Era algo casual y se veía ligero pero era lo suficiente cómodo y cálida para aquel clima el cual no estaba acostumbrado.

Cerró la puerta detrás de él y a paso lento se dirigió al comedor donde su desayuno le esperaba, algo ligero según su dieta estricta que había seguido de pies a cabeza desde su pubertad hasta la actualidad, la cual consistía en fruta picada con miel y avena junto un vaso de leche tibia.

Tomó una charola de plata para poner su desayuno y a paso rápido, y silencioso se dirigió a su lugar favorito de aquel enorme castillo, claro con el cuidado de que ningún mayordomo o sirvienta le viera por dos grandes razones, la primera era por que llevaba su desayuno a otro lugar que no fuese el comedor y la segunda por que sus pies no llevaban ningún tipo de calzado, ni siquiera calcetas pero para él, le era completamente difícil andar con calzado después de todo su reino acostumbraba a andar descalzo dentro de sus hogares.

Mi Querida RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora