🌹IDIOMA DE LAS ROSAS [CAPITULO 5]

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Una vez que aquellos labios se separaran y los ojos inocentes del Omega miraran los azulados, solo fue cuestión de segundos para que el rostro del pelinegro se volviera completamente rojo.

--Yo...-- murmuró poniendo sus manos en su pecho --Yo... Yo ¡Lo siento!-- grito con vergüenza antes de empujar el cuerpo del mayor y salir corriendo dejando a el contrario totalmente sorprendido. Yuuri corrió hasta llegar a uno de los pasillos de aquel gran castillo y cuando pensó que al fin había perdido a el peliplateado se detuvo. Su corazón latía con tanta frecuencia que juraba que este se saldría de su torax y su respiración estaba agitado por el maratón que había hecho de aquel jardín hasta el otro extremo del castillo.

Inmediatamente toco sus mejillas las cuales le ardían y evidentemente estaban mas rojas que una cereza. --¿Qué me ha pasado?-- murmuro para el mismo a dicho acto que había hecho hace unos minutos con Viktor. No sabía cómo explicar el suceso a el mismo y darse una bendita explicación razonable de el porque había "robado" un beso al Alfa. Sin embargo, su mente y corazón decían lo mismo y aunque le era difícil aceptarlo, se había enamorado de Viktor Nikiforov... Su alfa.

Cuando al fin su corazón se había calmado y su rostro dejaba de arder decidió ir con la Madre de su Alfa después de todo sus lecciones para adaptarse a las costumbres de su futuro Alfa iban a ser demasiado largas o eso era lo que pensaba, ya que, según la mujer las costumbres de la nación del menor eran mas difíciles que las del Reino de Nieve.
Sin mas se encamino por mas de 15 minutos hasta llegar a una puerta color blanca la cual golpeo tres veces antes de entrar. -- Buenos días... -- murmuro con timidez antes de ver los ojos azulados de la mujer esta inmediatamente le miro con cierta seriedad, sin embargo, se fue suavizando al ver a el menor. -- Buenos días, Yuuri-- hablo con aquel acento un poco marcado de aquella región. -- Me alegro que hayas llegado a esta hora, acabamos de perfeccionar tu vals ... quiero que Viktor y tú se vean radiantes el día de su boda-- sonrió -- Aunque aun no entiendo por que mi hijo se tarda mucho en pedir formalmente tu mano...-- reclamo ligeramente la mujer.

Inmediatamente la mujer palmeo sus manos y dirigió alado del menor para mirarlo de la cabeza a los pies. -- Eres muy hermoso-- murmuró. -- Cualquier prenda te va a quedar hermosa así que no va a ver ningún problema en eso y tampoco será para el baile eres muy bueno bailando así que esta coreografía te será sencilla aunque me gustaría que la practicaras mientras el idiota de mi hijo pida tu mano-- comento dando un suspiro mientras agarraba su largo cabello en una sola coleta -- Vas a mirar como lo hago yo junto con mi esposo ,después yo voy a observar y si tienes algún error te corregiré así que no te pongas nervioso , recuerda que el baile es solo dejarse llevar por la música, el ambiente y las vibraciones de cada nota que te proporciona los instrumentos-- sonrió cuando el pelinegro le miro.

Una vez que la mayor y el mayor habían terminado de aquella demostración, la alfa limpio el poco sudor que se había formando en su frente. --Yuuri, eres libre de cambiar algunas cosas en el vals-- tomo los hombros del menor --Se perfectamente que cada quien tiene su estilo, siéntete libre -- sonrió.

--Yo seré tu acompañante en estos momentos, el idiota de mi hijo está haciendo algunos asuntos-- soltó un suspiro para después tomar la cintura del menor con delicadeza y tomar la mano derecha del mismo. -- Solo sera un rato después podrás hacer lo que quieras con mi hijo -- alzó una ceja y rió por la cara avergonzada del menor, ya que, era obvio que el joven Alfa y el pequeño Omega no habían pasado de besos y abrazos, eso lo sabía por el olor del menor, ya que, este solo había cambiado un poco.

Después de cuatro largas horas practicando aquel vals junto con la Alfa mayor esta decidió dar por finalizado la práctica de ese día por lo cual Yuuri decidió ir por algo de comer y después ir a la habitación que compartía con Viktor, ya que, los pies le mataban por los zapatazos, vueltas, saltos, movimientos y estiramientos que le hizo pasar la líder del Clan Nikiforov.

Mi Querida RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora