-Duele- volvió a repetir mientras se aferraba más y más al cuerpo de su amado mientras que sus manos apretaban las prendas del contrarió.
- ¿Yura? - pronunció con preocupación mientras miraba debajo de él los cabellos dorados del omega para después mirar a sus padres quienes de igual forma estaban preocupados por el repentino cambió del menor. Nadie en ese lugar entendía qué pasaba con él, pero sabían que no era el momento adecuado para preguntarlo por lo cual Otabek tomo al menor por debajo de sus nalgas y lo cargo como si de un koala se tratara para así llevarlo a su habitación, acción que no fue fácil para el alfa ya que gracias al embarazo tuvo que tener extremo cuidado de no caerse con el menor a la hora de subir las escaleras.
-Mi amor, ya no llores-murmuró suave mientras abría la puerta de su habitación la cual no fue nada fácil. -Le hará daño al bebé- quiso ayudar al menor para que dejase de llorar pero su comentario fue todo lo contrario causando que Yuri empezará a llorar más y más fuerte a tal punto que su respiración se escuchaba totalmente agitada.
En ese momento, Otabek se sintió totalmente miserable.
Dejó al más bajo sentado sobre la cama pero a la hora de separarse no pudo hacerlo, los delgados brazos de Yuri se lo impedían y cuando menos lo espero este lo había jalado con todas sus fuerzas hacía el para que estuviera cerca de él por lo cual Otabek puso a prueba sus reflejos para así apoyar sus manos sobre el colchón y no lastimar a su gatito.
Yuri necesitaba su calor, su aroma y su apoyo... en esos momento se sentía tan vació.
Otabek miró con sorpresa a los ojos de Yura los cuales aún estaban cristalizados por sus lágrimas. Sabía que su amado lo necesitaba gracias a la marca que a ambos los unía y con esa simple mirada Otabek lo confirmo. Sin decir ninguna palabra el mayor se sentó sobre la cama con sus piernas separadas y extendió sus brazos dando a entender al menor que ese espació que había reservado su esposo era exclusivamente para él y cosa que no tardó en hacer. Una vez acomodado en aquel acogedor donde los brazos, el aroma y calor de su alfa hacían una burbuja donde él podía ser refugiado de aquel lamentable sentimiento que ni siquiera con la indiferencia de sus progenitores pudo sentir. Sin embargo, cuando menos lo espero se estaba ahogando entre sus lágrimas y lamento
Otabek no sabía que hacer exactamente en esos momentos. Nunca en su vida había lidiado con algo parecido, donde su corazón y alma se asfixiaran mientras oía los llantos de su amado. Por lo cual solo lo abrazo y le regalaba caricias en su espalda como apoyo. Después hablaría con él.
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Pasaron varias horas hasta que aquella habitación había quedado en un absoluto silencio. Yuri se había quedado dormido sobre el pecho de su esposo mientras que este solo mantenía su mirada en un punto inexacto de la habitación.
-Yura- murmuro para el mismo mientras cerraba sus ojos con tristeza y olía sus cabellos dorados -Lo siento- aún se sentía culpable por no saber cómo ayudar a su persona especial. No espero respuesta, no la necesitaba y tampoco la quería oír... estaba seguro que si escuchaba un "No lo lamentes" o un "no te preocupes" de los dulces labios de su pareja, se destruiría en ese momento.
Espero dos horas hasta que su hermosa flor despertara de su profundo sueño, donde ese lapso de tiempo sus brazos y piernas se entumecieron al estar en una solo posición y no poder mover sus músculos de forma adecuada para que la sangre de su cuerpo fluyera. Por lo cual en esos sufría de forma interna pero no quería derpertarlo.
Cuando los ojos del menor se abrieron y se separó del pecho de su pareja para después tallar sus ojos con pereza, en ese momento Otabek pudo dar un largo suspiro y mover su cuerpo para que su sangre circulara con normalidad.
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Mi Querida Rosa
Fiksi PenggemarUna tradición, una mirada y un ramo de rosas marcará el destino de aquellos omegas de sangre pura , uno que nunca podrá ser escrito por ellos sino por su alma destinada, su alfa de sangre real y así poder salvar el honor de quienes nunca lo amaron...