PENSAMIENTOS[[Capítulo 23]]

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Habían pasado tres meses desde que Viktor y Yuuri habían sido coronados para ser los nuevos reyes del reino de hielo, no iban a mentir los primeros dos meses habían sido una tortura para ambos, aún no podían procesar como el destino de había quitado a aquellas dos personas tan amadas,  todo había sido de la noche a la mañana, muy rápido, a los jóvenes reyes le había quedado como anillo al dedo "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" aunque ellos habían pasado la mayor parte del tiempo con aquellos mayores cuando se daba la oportunidad les habría gustado haberlos tenido un tiempo más. Aún eran jóvenes, recién casados. Necesitaban mas experiencia, mas practica solamente sabían lo teórico. 

-¿Ya te vas?- se escuchó una suave voz, aquella se siempre iluminaba sus mañanas  fue capaz de detenerlo, al voltear a la dirección donde se encontraba el dueño de la voz que causaba que perdiera totalmente la cabeza se encontró con aquellos ojos miel que le habían atrapado en el primero momento que se habían visto, con tan solo pensar aquello los recuerdos de como conoció a aquel omega que había volteado su mundo y nuevamente ponerlo en su pie de una hermosa manera causaba que sintiera una sensación de emoción. Negó con la cabeza con una sonrisa y le hizo una señal para que no se levantara de la cama al ver las intenciones de que su pareja estaba apunto de levantarse para poder despedirse de el. -Si, amor. Tengo que arreglar algunos asuntos con el reino de la luna  tal vez llegue tarde así que no esperes despierto no quiero que te desveles te hará mal a ti y a los bebés-  lo beso de forma dulce y suave mientras acariciaba su vientre de seis meses de embarazo; amaba tocar su vientre todos los días a todas las horas que podía, no quería perderse ni un segundo del crecimiento de sus hijos dentro del vientre de "mami". Aquel beso fue interrumpido gracias a una patadita que uno de sus hijos había dado de forma un poco "violenta", ya que, fue capaz de hacer que Yuuri soltara un suave quejido y a Viktor solamente le brillaban sus ojos junto a una sonrisa de total felicidad. Era le segunda vez que sentía como sus hijos se movían dentro del vientre de mama. 

-¿Estás bien?- preguntó mientras seguía acariciando pancita de su amado. Yuuri asintió con la cabeza junto a una sonrisa. 

-Están emocionados de que papá les acaricie antes de irse- aquellas palabras fueron capaz de hacer que los ojos azulados empezaran a brillar con las intensidad. Sin decir ninguna palabra bajo a la altura del vientre de ya seis meses y descubrió aquella parte del cuerpo de su amado. Beso dos veces aquella zona para luego recargar su cabeza encima del vientre de Yuuri, claro sin poner todo su peso, lo hizo con cuidado. -Papá ya se va, no le causen muchas molestias a "Mamá" en mi ausencia, los quiero mucho.- tras decir eso volvió a dar besos en todo en vientre del mas bajo causando que este soltara ligeras risitas hasta llegar a los labios de su pareja para nuevamente crear un beso suave. -Te amo- se separó de Yuuri, ambos sabían que si las cosas seguían así Viktor terminaría quedándose. Acaricio por última vez su vientre antes de dirigirse a la puerta de su habitación. 

-Con cuidado cariño, te amo- pronunció Yuuri con una suave sonrisa mientras acariaba su vientre. 

-Yo también los amo- 

-Yo también los amo- 

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Mi Querida RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora