🏵LEÓN IMPACIENTE🏵 [CAPITULO 28]

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La celebración real de la familia Nikiforov había sido un total éxito; los bebés habían recibido múltiples regalos de los reinos invitados, como: oro, plata, ropa de seda y de las mas finas telas del mundo, adornos de porcelana e incluso habían recibido a un  Caniche, que había sido de parte del reino de Reino del Suspiro, del clan Lee. Al parecer, el príncipe Seung apenas se había comprometido con un omega de sangre pura del reino de flor de loto pero su boda a un estaba en proceso y su prometido no había podido asistir a la fiesta por su celo.

En conclusión, la familia Nikiforov había tenido éxito con su celebración. 


Por otro lado, la familia Altin ya había regresado a su reino después de la celebración que se había dado en el reino de hielo. Yuri estaba ansioso, quería que su retoño ya saliera de su pequeño escondite y conociera el mundo de sus papás pero sabía que tenía que esperar otros largos meses para eso. Otabek era más tranquilo en el aspecto de conocer a su bebé pero no podía negar que estaba ansioso de verlo.  En ocasiones imaginaba miles de combinaciones genéticas de como podría salir, ya saben, la idea más soñada de él, era que salieran con los ojos de su esposo y cabello negro de parte de él.

Yuri caminaba por los pasillos del castillo, posiblemente iría a la biblioteca, ya había terminado de desayunar junto a Otabek pero este se tuvo que retirar para atender situaciones reales con su padre, al parecer uno de sus países aliados tenían problemas de hambruna y eso conllevaba que tenían que ayudar pero tenían que idear un plan. Si se requería ir al país aliado, Otabek no iría, no ahora que su esposo tenía sus bien estrenados nueve meses de embarazo, todos en el lugar sabían que no lo dejaría sólo en su parto, además que desde metros, se podía observar lo ansioso que se veía con la idea de conocer a su bebé.

Por otros lado,  las parteras en más de una ocasión en los chequeos mensuales del embarazo comentaban que el bebé era un niño, y por lo tanto, ambos ya habían elegido un nombre para su retoño, Lev sería su nombre, que significa "león" en ruso, ese nombre lo había sugerido el rubio y al parecer Otabek le había encantado.

Yuri ya había llegado a la biblioteca, leería algo mientras esperaba a que su alfa terminara sus pendientes reales

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Yuri ya había llegado a la biblioteca, leería algo mientras esperaba a que su alfa terminara sus pendientes reales.

Su rutina era algo parecida aunque con algunas variables en sus pasatiempos. Tomó el libro que había iniciado a leer desde hace tres días, estaba casi por terminarlo, solo le faltaban unas cincuenta hojas para terminarlo y estaba dispuestos a hacerlo, se negaba a irse a dormir sin saber el final de aquella historia. Se acomodó en uno de sus sillones, por supuesto que subió sus pies para estar más cómodo y antes de abrir su libro acarició su vientre. En algunas ocasiones le daba nostalgia pensar que tarde o temprano esa gran barriga que le impedía ver sus pies desaparecería, pero estaba consciente que su bebé no podía quedarse para siempre en ese escondite.

—¿Cuándo vas a salir de ahí, Lev? Papá y mamá ya quieren conocerte— dijo de forma dulce mientras acariciaba aquel perimetro de piel. No hubo respuesta del bebé, ni un movimiento, ni una patadita, posiblemente estaba dormido. Yuri sonrió suave, dejo de acariciar su vientre, no quería despertarlo de su "siesta".

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2020 ⏰

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