🌹Madrugada de capullos🌹 [CAPITULO 26]

2.1K 222 38
                                    

Pudo sentir como la sangre empezaba a bajar por todo su cuerpo hasta llegar a sus pies, se sentía frío y con la mente en blanco, no sabía como reaccionar a las palabras que mas temía en esa noche. La palabras "rompí fuente" hacía eco en toda su cabeza y tenía intención de mantenerse de esa forma por un largo periodo de tiempo. 

-¡Ahg!- gimió Yuuri al sentir otra contracción, eso hizo volver a la realidad a Viktor, sacudió su cabeza para ponerse al margen de la situación y se acercó a su esposo para quitarle la parte inferior del pijama. No tenía idea de qué hacer, su mente en esos momentos se había saturado de ideas, pero la principal por el momento era quitarle el pijama a su amado para poder observar como iba su dilatación, ¿Cómo sabía eso?Era obvio que  Alik le había asesorado de qué hace si el parto de adelantaba, y una de las principales era ver como estaba la dilatación. 

-Bebé, acuéstate sobre la cama- rogó ligeramente al ver el rostro de Yuuri con claras intenciones de no querer hacerlo, pero hizo caso a las instrucciones, Viktor acomodo almohadas alrededor y en la espalda del omega  de igual forma para que estuviera cómodo. Una vez acomodado,  abrió sus piernas para poder ver la dilatación. A su parecer no era suficiente, eso fue un alivio para el alfa, eso significaba que aún había tiempo. Después de eso, en cada contracción que sufría Yuuri, lo abrazaba y le daba besos en todo su rostro,le acariciaba la espalda y de daba palabras de aliento como signo de apoyo. 

-Viktor- susurró en un hilo de voz mientras apretaba los hombros del alfa con sus manos. - Ya quieren nacer- su rostro estaba desfigurado de cansancio,  su cuerpo estaba sudado por completo, su respiración irregular y sus contracciones eran cada 3 minutos. Estaba consciente que sus nenes ya estaban preparados para salir de su refugio, y aunque no estuviera listo, tenía que dar lo mejor para ambos.

-¡¿Qué?!- gritó asustado mientras lo miraba. -No, no, no.  Aún no pueden nacer, no ahora, todavía no llega Alik, ¿no pueden esperar un momento mas?- Si, si estaba consciente que su pregunta era estúpida con mayúsculas, pero no estaba listo para recibir a sus hijos, ni siquiera tenía ordenada las ideas de cómo ayudar a su esposo en la labor de parto y desmayarse no era una opción adecuada en esa situación, no podía dejar a su familia por un ataque de pánico. Tenía que ser fuerte.

-Dudo que los bebés quieran esperar al doctor para que les de la bienvenida, ¡agh!- apretó nuevamente los hombros de su esposo, cada vez era más difícil las contracciones, de sus ojos empezó a decender un mar de lágrima, ya no aguantaba mas; su miedo, el dolor y el cansancio. Se había prometido que resistiría todo el parto sin derramar un lágrima pero solo se engañaba a él mismo. No era tan fuerte -Por favor, ya quieren nacer, no podemos esperar mas...

Los ruegos y lágrimas del omega fueron suficientes para que el alfa sentara cabeza ante la situación. Respiró hondo y tragó saliva antes de separarse de Yuuri. - Espera un momento- murmuró mientras empezaba a buscar sábanas para ponerlas en el piso alado de la cama. El omega solo miraba como se movía su esposo de un lado a otro con una pizca de desesperación.Una vez que Viktor arreglo las sábanas en el piso, volvió a ver la dilatación de su amado, en ese momento no sabía si desmayarse o gritar, podía sonar exagerado pero nunca en su vida se había preparado para ver de forma clara una coronación  y menos en vivo y en directo. Se había preparado para ser un rey, para las guerras, para ser un líder y hacer alianzas pero nunca para eso. -Pu pu pu pu- tartamudeó mientras su sangre volvía a bajar por todo su cuerpo y empezaba a ponerse pálido. 

El omega no sabía que pensar por las reacciones de su esposo, estaba demasiado ocupado preparándose  de mental, que no le importó el estado de su amado, solo quería saber cómo estaba allá abajo. -¿Qué paso?- pronunció entre jadeos y gemidos de dolor. 

-Pu pu puedo ver su cabeza- pudo soltar. Miró a su esposo con un rostro de total miedo. Otra vez su mente se había puesto en blanco por unos segundos antes de que tomará a su esposo en sus brazos y lo ayudara a bajar. -Cariño- susurró suave - Por favor ponte en cuclillas- sugirió. Había escuchado hace mucho tiempo por parte de su personal femenino que el parto era mas fácil en esa posición. Solo esperaba que fuera cierto. Esa era su única opción.

Mi Querida RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora