#24 (Frikey)

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Frank observaba de nuevo a ese niño callado y tímido de su salón, personalmente le parecía muy lindo y tenía algo que lo hipnotizaba totalmente. Pasaba toda la clase mirándolo, no podía evitarlo, su carita parecía la de un angelito.

A sus 12 años, Frank no tenía muchos amigos, sólo un par de chicos con quienes a veces se llevaba, se sentia bastante antisocial a veces, pero ese pensamiento se le iba cuando recordaba que el niño de sus ojos no tenía ni un sólo amigo, nunca lo miraba conversar con otros niños, siempre estaba solo en recreo y en el salón, en los trabajos en grupo solia irse el solito. Esto desconcertaba mucho a Iero, si, sólo llevaban un mes de clases pero eso no evitaba que sintiera extraño que ningún otro de los niños de le acercará a ese niño tan lindo.

Al sonar el timbre de salida de ese día, Frank decidió que daria el primer paso, quería llegar a conocer a este chico, quería ser su amigo.

Al salir todos los niños, Mikey iba solito, como siempre, con su mochilita en la espalda.

-¡Hola! -Se acercó animado Frankie por detrás, no recibiendo ninguna respuesta del otro chico quien seguía caminando. Frank comenzó a caminar a su lado. -¿Cómo estas? -Pregunto insistente Ierito pero solo recibió una mirada extraña de Michael quien se alejó considerablemente del lado del otro.

Frank se quedó sorprendido por la acción del niño de sus ojos, entendía que podía ser tímido pero esa actitud comenzaba a parecerle grosera. Frank ya no lo intentó ese día, siguió caminando a una distancia prudente del otro chico hasta que tuvieron que desviarse. Estaba decepcionado de ese primer encuentro, esperaba que todo resultará un poco distinto pero estaba bien, el día siguiente podría intentarlo de nuevo.

El próximo día, Frankie se sentó estratégicamente al lado del pequeño Way quien ignoraba totalmente las intenciones y actitudes de ese extraño chico.

-Buenos días, Mikey -Dijo Frankie sonriendo mientras miraba feliz a ese niño que lo dejaba sin respirar. De nuevo, el otro chico de 12 lo volvió volvió ignorar, y lo hacía a propósito, lo sabía.

Iero se sintió herido por esa bateada pero decidió dejarlo pasar también.

Pasaron las clases y llegó la hora del receso. En el patio, visualizo a Mikey sentando el sólo en una banca comiendo un sándwich. El enano no dudo en acercarse a el, con su bebida y una manzana en la mano.

-¿También te gusta la mantequilla de maní y jalea? -Pregunto fijándose en su emparedado, y a la vez sentándose junto a Way.

-¿Por que me hablas? -Dijo Mikey sin levantar la vista de su comida

-Eh...¿Por que no lo haría? -Mikey lo miró fijamente a los ojos, demostrandole que esa no era una respuesta que el aceptaría. -Pues...me gustas

Michael se sonrojo salvajemente pero sin perder su mirada sería.

-Tu a mi no me agradas, deja de hablarme y de seguirme -Dijo Michael tomando su comida y levantándose de la mesa. Frank se quedó desconcertado mirando a ese niño irse, el pequeño sentia que las lágrimas querían salir de sus ojitos pero no se lo permitió, no lloraria por eso. Seguramente el siguiente día, todo iría mejor, había conseguido que le hablará, ¿No? Eso ya era un avanze, con su optimismo en alto, sonrió y terminó de comer su manzana.

El siguiente día, Frank se sentó de nuevo al lado del chico de gafas, quien ni siquiera lo volteó a verlo en ningún momento del día. Esta vez no lo abordó en receso, sino hasta la salida.

Era una tarde fría y con viento, Mikey iba rumbo a su casa cuando de nuevo, Iero saltó a su encuentro.

-¿Quieres que te acompañe? -Pregunto feliz Frank

My Chemical Adventures [Frerard, Frikey, Waycest, Rikey, Bobkey, Fray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora