My Chemical Adventures [Frerard, Frikey, Waycest, Rikey, Bobkey, Fray]

#27 (Frerard)

Ehh...se acuerdan del último Fray? Pos ese es el final JAJAJA digamos que es un fic triste, lo siento por las que querían la segunda parte y la verdad es que también quisiera continuarla pero la historia es muy larga, podría hacer una historia aparte sobre ese tema y de ellos pero me da cosita porque la historia no es mía y es mejor dejarlo así.
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Frank jugaba por el pequeño riachuelo cerca de su casa. Sus pequeños piecitos sentían la húmeda tierra abajo de ellos, le gustaba mucho explorar por las zonas boscosas cerca de su pequeña casita, le gustaba porque podía ver la naturaleza y que no se burlaran de el por sus preferencias.

A sus 6 años, los demás niños del pequeño pueblo donde vivían ya lo habían excluido de todas las maneras posibles simplemente por sus peculiares gustos e ideas.

Ese dia, el pequeño había encontrado una ramita con la que escarvaba la tierra tratando de encontrar animales enterrados, en sus intentos, un sapito llamó su atención a su lado haciendo su típico sonido de sapo.

Ambos se miraron fijamente, el sapo inflaba su papada a la vez que el extraño sonido salía de su garganta. Frank se acercó a él, el sapo tenía, extrañamente, los ojos verdes.

Tomó al sapo en sus manos y lo llevó a casa con él, el sapo se miraba muy bonito, no como los demás sapos ordinario, incluso parecía que tenia modales y que podía entenderlo.

De alguna manera, ese extraño sapito se convirtió en su compañero de aventuras y su mejor amigo, iban juntos a buscar aventuras en los bosquecitos del pueblo, en casa, Frank le narraba como había ido su día en la escuela y podía jurar, que el sapito lo escuchaba atentamente, incluso, cuando Frank corría por la casa, iba el bonito sapito saltando tras de el cómo si jugarán a las traes, y sobre todo, al sapito parece gustarle mucho que su amiguito le contara cuentos.

Frankie, antes de dormir, siempre leía un cuento a su amigo sapo, cuentos que tomaba de los muchos libros de historias para niños que sus padres le compraban. Le había contado el cuento de los cerditos, el de la Caperucita roja, el de la bella durmiente, etc. Esa noche tocaba La princesa y el sapo.

-...La princesa puso sus labios sobre el sapo, que en un destello de luz, se había convertido en un ser humano, para ser más precisos, un príncipe...se casaron y vivieron felices para siempre. -Frank terminó el cuento y observó a su amigo que estaba junto a el, mirando el libro. -¿Crees que sea verdad? ¿Qué esas cosas sucedan?

El sapito hizo su sonido de sapo saltando en la página del libro donde yacía la imagen de la princesa besando al animal.

-Quizás si una princesa consigue besarte podrías convertirte en un humano -Bromeó el infante recibiendo saltitos entusiastas como respuesta del sapito.

-¿Dónde podría conseguir una princesa? -Lo miro curioso Frank al animal, quien con saltos se dirigió a la habitación de sus padres, donde el niño lo siguió.

El pequeño sapito lo llevo hasta el armario de su madre donde yacía un vestido rosa a la vista, unos zapatos rojos de tacón en el suelo, la lado del armario había un tocador donde había una pequeña tiara y collares de perlas. Ambos se miraron entendiendo la idea.

Diez minutos después salía el pequeño Frankie de la habitación, bueno, más bien la pequeña Frankita porque ahora llevaba puesto el libdo vestidito Rosa que arrastraba por el suelo, escondiendo los tacones que lo hacían verse unos cuantos centímetros más altos, se había colocado un labial de su mamá en su boquita infantil y si sumamos la linda tiara y los collares que colgaban de su cuello, podría decirse que era una linda "princesita".

-¿Me veo bonita? -Pregunto el niño al sapito mirándose a un espejo de cuerpo completo que estaba en la sala de estar. El animalito sólo hizo su sonidito de sapo (No se como se llama el sonido que hacen, ok?) mirando el reflejo de su dueño.

El niño y el sapito comenzaron a jugar y a corretear y a...¿Saltar? Por la casa.

-...!Oh! Besaré a este sapo para conseguir a mi príncipe -Dijo el niño tomando al sapo en sus manos, y rozando levemente sus labios en la cabecita del sapito. El niño no sintió nada de asco ya que el animalito era su amigo.

De la nada, una enorme luz enseguecio al niño y por cubrirse los ojos soltó al sapo. Cuando la luz paso, en el suelo yacía un niño de tez Blanca, labios rosados y cabello negro, ojos verdes y de 10 años.

Frank miro asombrado mientras el niño en el suelo lo miraba de la misma manera.

Iero despertó de pronto por un ronquido de Gerard a su lado, miro el reloj y eran las 2:00 am, si esposo dormía a su lado, por alguna razón ese extraño sueño de que Gee era un sapo un sapo y se convertía en humano lo seguía persiguiendo.

-¿Tuviste un mal sueño, mi amor? -Dijo adormitado Way abrazando por la cintura a su esposo

-El sueño del sapo, pero tus ronquidos me despertaron...de nuevo.

-Lo siento...

-Esta bien, es algo bueno de tus ronquidos -Dijo Frankie de 25 años dejandose abrazar por su marido

-¿Me ves tan feo que me imaginas como un sapo? -Pregunto bromeando el pelinegro a la vez que dejaba un beso en el cuello de Iero.

-Eres hermoso, sólo me pregunto porqué sigo soñando eso, es extraño...

-A mi me encantaría soñar con que un lindo Frankie me besara todas las noches

-Cállate -Dijo Frank sonriendo besando los labios de Gerard. Quedándose dormidos al instante, abrazados y felices.

Y aunque Frank no lo recuerde, su sueño era un recuerdo de muchísimo años atrás, específicamente, la primera vez que conoció al amor de su vida, y aunque el jamás lo entendiera, es por eso que lo seguía soñando, porque fue el mejor momento de todas sus vidas.