Capitulo: 01.

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El sonido característico de una alarma suena ruidosamente por toda la habitación, despertando a la joven castaña de cuerpo delgado y cansado, luego de pasar una dura noche. La chica se sienta sobre la cama y apaga el ruido, para retirar las sábanas y dirigirse a la cama a su lado, el pequeño cuerpo cubierto por las sábanas descansaba tranquilamente ignorando el sonido del despertador. Jade se coloca sobre cuclillas y toca el hombro de la niña.

—Amelia, despierta, debes ir a la guardería—Jade movió suavemente el cuerpo su hija.

La pequeña bosteza con flojera, aferrándose más a la comodidad y frescura que le brinda el pequeño colchón, Jade debe quitar las sábanas de su cuerpo para lograr despabilarla, logrando por fin que una mini versión de ella, se siente sobre la cama. Tiene el cabello cubierto de risos castaños que caen en su cara y sonríe, extendiendo sus brazos y la mayor gustosa la carga, dirigiéndose con ella al baño

Después de bañarla, la vuelve a colocar en la cama mientras se dedica a buscar el viejo uniforme de la niña. Con mucho cuidado, seca las gotas de agua que caen por su piel y luego de ponerle un poco de crema, comienza a vestirla. 

—Má—la pequeña pellizca la nariz de su mamá

Jade ríe y finge morder su mano, a lo cual, Amelia la quita al instante. Termina de vestirla y arreglarla para la guardería, no tenían mucho dinero debido a lo joven e inexperta que era la castaña, pero se había prometido que con esfuerzo y dedicación, más temprano que tarde las sacaría a ambas de ahí y le daría a su hija la vida que merecía.

Rápidamente debió arreglarse la universidad, estaba ya a último año, pronto se graduaría, sus sueños y aspiraciones las tenía cada vez más cerca.

Sol, la señora del primer piso de la vecindad de dónde vivían, cuidaba a los niños de la residencia a un precio casi gratis, pues la señora y su esposo soñaban con tener muchos hijos, pero  debido a un accidente de su marido, no lo habían logrado. La señora disfrutaba de los pocos niños que iban por las mañanas a jugar con ella, y aunque la señora no fuese profesora con título, Amelia tampoco tenía la edad para asistir a una guardería, y a su parecer, Sol le había enseñado muchas cosas a su hija.

Una vez preparó el bolso de la pequeña, salió con ella a la cocina, preparándole un sándwich improvisado y guardándolo dentro de su bolso junto a un poco de leche.

Finalmente, luego de encargarse que su niña estuviera en buenas manos y de que comportaría, pudo retirarse a la estación de tren con el corazón en la garganta debido a la angustia viviente que sentía por no querer llegar tarde.

Llegando a casa, Jade toma una ducha rápida y se apresura a preparar algo de almuerzo para Amelia, cocinando algunas papas para luego hacer un puré y poner sobre el varios nuggets y un poco de arroz, guardándolo todo en una taza, junto a dos manza...

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Llegando a casa, Jade toma una ducha rápida y se apresura a preparar algo de almuerzo para Amelia, cocinando algunas papas para luego hacer un puré y poner sobre el varios nuggets y un poco de arroz, guardándolo todo en una taza, junto a dos manzanas, una para la merienda de su hija y otra para calmar el hambre que había en su estómago.

Si no se daba prisa, llegaría tarde y perdería el trabajo más decente que tenía, aunque el señor Doncan fuese amable y entendiera la razón, era controlado por su jefe, y Zenthey la odiaba literalmente.

Pasando rápidamente a la casa de Sol a dejar el almuerzo de la niña y luego irse corriendo guardando la manzana en su bolso.

Jade sentía que sus huesos necesitaban un descanso, sentía que sus pulmones necesitaban aire puro, más que todo, sabía que pronto Amelia tendría la edad para ir a una verdadera escuela y eso la torturaba.  Le preocupaba no tener dinero para darle la educación adecuada, y los materiales nuevos que la misma exigía, sabía que conocería niñas de clase alta, presumiendo sus juguetes, y a Jade le dolía imaginar una Amelia apartada de todo eso por no tener nada que presumir, aunque presumía tener la mejor mamá del mundo y parecía conforme con eso. Jade sabía que ni siquiera era alimentada correctamente, aunque dejara de comer para que la más pequeña lo hiciera.

Llegando cinco segundos antes, la castaña toma asiento en la recepción y esconde el bolso bajo el mostrador, seca el sudor y arregla un poco su cabello, en ese momento, Doncan y Zenthey entraron juntos. Doncan le sonríe y pero su acompañante no la mira. Suspirando de alivio cuando ambos entran a su despacho, se dedica a encender la computadora y terminar el papelerio que tenía pendiente, olvidando la manzana que sería su almuerzo.

Pronto su estómago vuelve a rugir, rogando ser alimentado. Decidí tomar un descanso y se dirige a una máquina expendedora al mismo tiempo que saca unas monedas de su bolillo, metiéndolas por los engranajes para recibir a cambio una barra de cereal. Come lo más rápido que le es posible y regresa a su puesto, terminado todo una media hora antes de su salida, organizando los papeles los lleva al despacho de su jefe, una vez terminada su jornada, se retira.

De camino a casa se detiene en un parque cercano, sentándose en una banca para reposar un momento su cuerpo exhausto. Recuerda la manzana y la saca de su bolso comiéndola más tranquilamente, cuando acaba, se recuesta sobre la banca y suelta otro suspiro.

Puedes hacerlo, se animó.

Algunas personas caminan frente a ella y una idea brillante viene a su cabeza. Coloca su bolso sobre el suelo, este estaba casi vacío a excepción del cuaderno y lápiz que no había tenido tiempo de sacar y tras pensar un momento, comienza  a tararear suavemente una melodía. Nadie presto atención, lo que le hace cerrar los ojos y cantar más fuerte, recibiendo más atención. La gente se va acercando y dejando billetes o monedas gustosos de oír su voz

Una vez anochecio, Jade toma sus cosas y emplea una caminata rápida a la estación de autobuses, varios vagabundos la habían visto cantar y sentía un terrible miedo de ser lastimada por el dinero que llevaba consigo.

Finalmente, llega a casa y se siente mucho más tranquila y segura. Lo primero que hace es buscar a su hija y llevarla a su humilde hogar. Repitiendo el procedimiento de está mañana al bañarla y cambiarla por un pijama.

—Vamos a cenar, cariño—ambas salen de la habitación, entrando a la cocina.

Jade prepara dos tazones de cereal y se sienta junto a ella, ayudándola a comer.

Una hora más tarde, el sueño vence a su niña y entonces la mayor tiene un momento de soledad, aprovechando de el para contar el dinero que había juntado, no era mucho, pero sin duda servía de ayuda.  Separa un poco para pagar el mes que debía de alojo y lo demás lo guarda junto al dinero que reunía en un frasco todo los meses, lo que sería el dinero de la comida

Cerrando los ojos y dejando que la tranquilidad venga a ella por segunda vez en el día. Jade desea tener por fin una salida a ese agujero negro, pero siendo consciente que aún no será posible, saca su pequeño cuaderno y empieza a repasar para los próximos exámenes

Ya falta poco, se decía una y otra vez

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¡Hola! A ver qué tan fieles son, ¿que cambios han notado en esté capitulo?

Espero de verdad sea de su agrado la nueva versión y la disfruten❤️

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Amelia. |JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora