—Bien, ¿Cómo me veo?—Perrie se da la vuelta mostrando su atuendo.Se había probado unas cuantas prendas hasta decidir por un top negro de tirantes y unos jeans oscuros, luego de finalmente decidir su atuendo, fue un desastre elegir el estilo de su cabello dejarlo en una coleta con algunos risos cayendo fuera colándose en su rostro. También se había maquillado, obviamente, pero aplicando únicamente las cosas básicas como polvo y rubor.
—Hermosa—su hermano le da una sonrisa divertida—. ¿Segura qué no te gusta? Porque pareces una adolescente.
—Cállate, tonto—finge molestia pero en realidad también se da cuenta de lo nerviosa que se siente.
Antes de salir toma su cartera y la guinda en su hombro, lanzando un beso a su hermano y diciéndole que no la espere. Perrie detuvo el primer taxi que paso frente a ella ansiosa, lo había estado desde que la chica había dicho que sí.
Sus uñas golpeteaban en el asiento, veía las calles y locales pasar y a medida que avanzaban la ansiedad era tanta que mordió su labio hasta que logro romperlo un poco. Unos minutos después el taxi se detiene y la chica le paga antes de bajarse y prácticamente correr al departamento.
Perrie da un suspiro y se toma un segundo para calmarse antes de tocar la tpuerta y la misma fue abierta un rato después por Jade y una Amelia desesperada. La niña la miraba con una gran sonrisa, sospechaba que debía sentirse muy emocionada, pero no pudo pensar en eso al ver a Jade. El corazón comenzó se le volvió un nudo de emociones al encontrar la mirada marrón brillando como nunca antes. Llevaba un vestido completamente blanco, corto y casual, su cabello caía en risos hasta sus hombros, lucía deslumbrante.
—Perdón, se emociono y quiso salir a saludarte—Jade río mirando a la pequeña oculta entre sus pies.
—Sí—asintió emocionada—. Creo que ya se habían tardado demasiado con todo esto.
Perrie solo sonrió. Acaba de caer en un hechizo de ojos marrones que la cautivaron y la llevaron a lo más profundo de sus sentimientos. Jade la miro sorprendida y se disculpó diciendo que Jesy había metido esas ideas en la cabeza, ambas sabían que Amelia no necesitaba a nadie para tener esas ideas.
Jade se despidió de la niña dejando un beso sobre su frente, antes de finalmente retirarse hizo que Perrie le prometiera venir después para verla a ella.
—¿Es mi idea o ha reaccionado muy bien?—-Perrie se ríe ante la actitud de la niña.
—No lo sé, creo que esta emocionada porque hará pijama con Sol—Jade se encoge de hombros-. Vamos.
Ambas salieron del departamentos, dirigiéndose al ascensor, presionaron el botón del primer piso y esperaron en un silencio que se volvió incómodo. Perrie pensó por un momento en la situación y una terrible inseguridad la invadió al imaginar que lo único que tenían en común fuese la niña, eso podría resultar siendo una posibilidad y realmente no le gustaba la idea, porque si lo suyo no funcionaba, su relación con Amelia se vería afectada también. Su mente deja de formular cosas cuando la cálida mano de Jade le dio un leve apretón a la suya para luego tomarla por completo, y al voltear hacia ella, descubre que la está mirando de la misma manera todavía. Perrie tiene que tomar una larga respiración para no convulsionar.
—¿A dónde iremos?—la castaña rompe el silencio.
—Un lugar que te va a encantar—Perrie no podía saberlo, pero sus ojos también demostraban lo bien que se sentía—. Por cierto, lindo cambio de look, te luce
Al verla mi primero que había llamado su atención eran los mechones de cabello más claro que sobresalían y hacían que de alguna manera imposible, Jade luciera incluso mejor.