Capítulo: 14.

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La niña soltó su mano que estaba amarrada a la suya y salió corriendo en dirección a una cansada y vieja Sol, la mujer regordeta lucía más delgada y las arrugas ya se asomaban en su cara. La mujer recibió su abrazo gustosa y beso su cabeza antes de soltarla.

—¡Jade, que gusto!—se acercó a abrazarla—. Estoy tan feliz de verlas, ¿Y quién es esta joven tan hermosa?

Jade se sonrojó un poco y apretó la mano de Perrie para darle confianza, sonrió y abrió la boca para responder cuando la pequeña lo hizo por ella.

—Ella es mi mamá Perrie—anuncio con felicidad.

Sol dirigió una mirada de intriga hacia Jade y la chica que sostenía su mano con fuerza. Arqueo una ceja en busca de una explicación.

—Sí—confirmo—. Ella es mi novia.

El corazón de Perrie se volcó al oír la palabra "novia", su sistema se apago por completo, ni siquiera pudo reaccionar cuando la mujer tomo apretó sus mejillas y le dedicó una cálida y hermosa sonrisa de bienvenida.

—Lia cariño, ve a jugar con los otros niños—Sol habló hacia la pequeña quien de inmediato salió corriendo al jardín de infantes—. Supongo que querrás mostrarle el lugar a la chica, yo vigilare a Lia.

La morena asintió con una sonrisa de agradecimiento, jalo la mano de Perrie y la hizo caminar a su lado por toda vecindad.

—¿Aquí es dónde vivías?—la rubia observó todo.

—Sí—asintió—. Creó que deberías conocer de donde vengo.

Jade se detuvo para observar el jardín donde todos los niños de aquella vecindad siempre estaban, incluyendo a su hija propia, aunque ya no vivieran ahí.

—Me parece que tú y Amelia son totalmente increíbles para no olvidar a la gente que les brindó una mano—Perrie se giró para observarla.

—Nunca lo haría, este siempre será mi hogar—continuó observando a la niña jugar con otros niños del jardín—. Y si soy sincera, realmente prefiero que Amelia sea amiga de gente pobre y humilde, como una vez lo fuimos—se giro a observarla—. También me preocupa un poco el hecho de que puedan molestarla por tener dos mamás.

Perrie sonrió y dirigió una mirada rápida a la pequeña niña que compartía sus galletas con los demás niños.

—Amelia es una niña genial, no tendrá un padre y una madre, y aunque yo no sea su mamá real, la amo con todo mi corazón—continuó observando a la niña.

—Lo sé—murmuro—. Y realmente te agradezco por llenarla de tanta felicidad.

Ambas chicas continuaron caminando por todo el lugar tomadas de la mano, Jade señalaba con una sonrisa los lugares donde Amelia había crecido, donde había dado sus primeros pasos y jugado los primeros años de su vida. Se sentía una madre muy orgullosa de haber logrado que su hija tuviera una infancia feliz, después de haber estado tanto tiempo preocupada por darle lo mejor, finalmente se daba cuenta que lo mejor que pudo darle nunca estuvo en lo material, sino en todos lo momentos que vivieron juntas y que siempre va atesorar en su corazón.

 Se sentía una madre muy orgullosa de haber logrado que su hija tuviera una infancia feliz, después de haber estado tanto tiempo preocupada por darle lo mejor, finalmente se daba cuenta que lo mejor que pudo darle nunca estuvo en lo material, sino...

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Amelia. |JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora