《Otra Oportunidad》

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Hace unos meses que la guerra había terminado, los días oscuros habían acabado y sólo el sentimiento de alegría estaba presente en la mayoría de las personas del mundo mágico. Especialmente de los estudiantes de Hogwarts que ahora entraban por las puertas del castillo para recuperar el año que perdieron cuando los mortífagos eran la autoridad del colegio y para reencontrarse con sus amigos, que era, para algunos, lo que más importaba.

Draco Malfoy siempre había sido un chico muy egocéntrico y orgulloso, pero en los últimos meses su autoestima se encontraba por los suelos. No dormía ni comía, al igual que en su sexto año en Hogwarts, preguntándose si siempre iba a ser juzgado por las cosas que había hecho y por la marca que tenía en el brazo.

A pesar de que sus padres le dijeron que no era necesario regresar al colegio, él insistió. Draco debía sacar a adelante a su familia y creía que sus amigos lo ayudarían, pero él no podía estar más equivocado. Cuando ellos lo vieron se alejaron rápidamente del ex mortífago. La mayoría de los padres de los Slytherin fueron enviados a Azkaban o condenados al beso del dementor por sus crímenes mientras que los Malfoy gozaban de libertad.

Éstas eran las razones por las que Draco había bajado considerablemente su rendimiento escolar, por tanto la directora McGonagall le había asignado un tutor, para ayudarle a subir sus calificaciones. En realidad, una tutora. Quien no era nada menos que Hermione Granger.

-Malfoy, ¿me estás escuchando? -dijo la castaña sacándolos de sus pensamientos.

-No, ¿qué me preguntaste? -la chica suspiró cansada.

- ¿Cuándo ocurrió la Batalla de Hogwarts?

-Granger, estábamos ahí. Dime, ¿para qué nos sirve estudiar esto si lo vivimos en carne propia?

-Porque son preguntas que entran en el próximo examen. Y si te las sabes tan bien como dices, podrías aunque sea responderlas.

-El 2 y 3 de mayo de 1998.

Odiaba el hecho de haber participado en aquella guerra, si es que se podía considerar así, ya que él sólo se había preocupado por mantenerse con vida. Y lo peor de todo era que siempre que alguien tenía la oportunidad, se lo recordaba. Escuchaba como decían a sus espaldas que él era un cobarde y un sobornador. Muchos mencionaban que su familia les había ofrecido dinero al Wizengamot, para que los absolvieran de todos los cargos.

Hermione fue la única persona que decidió escuchar su versión de los hechos y con la única que podía hablar, aunque fuera de temas académicos. Ella no lo juzgaba, lo trataba como a cualquier persona a pesar de que en los años anteriores, cada vez que tenía la oportunidad, la molestaba.

Sin duda Granger es una buena persona, pensó Draco mientras se dirigía al Campo de Quidditch. En donde sabía que encontraría a Hermione, ya que ella siempre acompañaba a sus compañeros durante el entrenamiento.

Y allí estaba, sentada en las gradas mirando a los jugadores de Gryffindor moverse de un lado a otro del campo. Draco, después de pensarlo varias veces, reunió todo su valor y se acercó a la chica.

- ¡Granger! -le gritó para llamar su atención, pero logró también que algunas personas, además de ella, se voltearan a mirarlo.

- ¿Qué tienes, hurón? -le preguntó Hermione cuando Malfoy estuvo sentado junto a ella.

- Necesito hablar contigo.

- Hermione, ¿todo está bien? -le preguntó Harry desde su escoba. Le parecía muy raro que Malfoy buscara a Hermione cuando estaban en sus horas de descanso y no cuando estuvieran en clases o repasando para algún examen.

▪ Dramione ▪ One Shots ▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora