Draco estaba acostado en su cama mirando al techo, pensando en las torturas que les había provocado a personas inocentes en los últimos días. Ellos no tenían la culpa, ni él tampoco. La culpa la tenía Voldemort y su extraña forma de pensar. Él creía que para conseguir algo había que hacer todo lo posible para obtenerlo, sin importar que tuviera que matar, torturar o hacer cualquier tipo de daño, y quien debía cometer todas estas malas acciones era Draco, que se veía obligado a aceptar como castigo por no haber tenido el coraje para matar a Dumbledore.
Sus ideas pararon de fluir por su mente cuando escucho que alguien se había aparecido en su cuarto. No tenía ganas ni fuerza para pararse y descubrir quien era el intruso, así que solo giró su cabeza y se encontró con alguien que pensó que nunca más iba a ver en toda su vida: Hermione.
-¿Qué haces aquí? -trató de disimular su sorpresa y alegría por la aparición de la chica en su habitación.
-Estoy preocupada -le dijo la castaña. Y no era mentira. Se prometió que si volvía a buscar a Draco sería por algo urgente y en esta ocasión lo era.
-¿Por qué? -dijo sentándose en su cama e interesándose por lo que decía Hermione.
-Los mortifagos nos están persiguiendo, Draco.
-Lo sé y sé que sabes todos los hechizos de protección existentes. Ellos no los encontrarán -se volvió a acostar y cerró sus ojos pensando que lo que tenía que decirle era algo más importante.
-No es por eso.
-¿Por qué estás preocupada entonces?
-Por ti.
¿Por mi?, se preguntó Draco volviendo a abrir sus ojos, ¿por qué ella tendría que preocuparse por mi si ella ya me había dejado claro que no sentía nada por mi?
-Yo estaré bien, Hermione. Soy ya lo bastante grande para cuidarme.
-Pero no lo suficiente fuerte para controlar tu mente.
-¿A qué te refieres?
-Llegará el día en donde nos encontrarán, a Harry, a Ron y a mi. ¿Crees que los mortifagos o el que nos encuentre nos llevará directamente con el Señor Tenebroso? No, nos llevará con los que se puede decir que son sus seguidores más files: tu familia. Para verificar que no somos farsantes. ¿Y quién crees que se encargará de eso? Tú. Fuimos compañeros por seis años, eres el más adecuado para esa tarea.
-Soy bueno mintiendo.
-Sí, lo eres. Pero ellos no confiarán en lo que les digas, ellos tratarán de entrar a tu mente. Y estoy completamente segura de que cuando te pregunten por mi recordarás lo que pasó entre nosotros.
Draco se paró de la cama y se acercó a la ventana que mostraba el jardín de su mansión y como las flores y plantas que allí habían se estaban marchitando.
¿Qué me acordaré de lo que pasó entre nosotros?, se preguntó. Eso es decir poco.
-¿Qué propones? -el chico cerró sus ojos con fuerza apretando sus puños esperando a que Hermione no dijera lo que él imaginaba.
-El encantamiento desmemorizante -susurró.
-Jamás -dijo al mismo volumen.
-No hay otra solución -dijo la castaña con un nudo en la garganta y con unas pocas lagrimas en sus mejillas.
-Debe haberla, debe haber una solución.
-He leído mucho y es la única forma en la que cualquier persona que entre a tu mente no pueda encontrar ciertos recuerdos.
Hermione sacó su varita sigilosamente de su bolsillo, preparándose para realizar el hechizo mientras el rubio estaba distraído.
Draco se volteó esperando a que la chica cambiara de opinión, pero al verla con la varita supo que ya no tenía otra salida.
-Hermione, por favor. No hagas esto.
-Obliviate.
Draco tuvo la sensación de que su corazón había desaparecido, dejando un hueco en su lugar. Se sentía vacío y un tanto mareado. Se apoyo en la pared para no caerse. Le faltaba algo, le faltaba ella...
《Hola
Nuevo capítulo
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Mäřy》
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▪ Dramione ▪ One Shots ▪
Fanfiction▪ Personajes y lugares utilizados pertenecen a J. K. Rowling. Prohibida la copia o adaptación.