El sol hacía rato que alumbraba todo el país de Fiore dando aspecto de estar en verano cuando recién empezaba la primavera.
En una pequeña casa no muy lejos del gremio de Sabertooth se encontraba una mujer de cortos cabellos dorados y bellos pero tristes ojos marrones haciendo una maleta.
-¿Estas segura de esto Lucy?- dijo Sting que estaba sentado en un sillón que había en la habitación mirando unos papeles.
Con el tiempo, los dos rubios habían conseguido tener una gran amistad muy parecida a la de mejores amigos, por lo que Sting conocía muchas cosas de Lucy como, por ejemplo, que todavía no había podido olvidar u odiar a Fairy Tail aun después de todo lo que le hicieron tanto a ella como a sus hijos.
-Por supuesto que si- dijo Lucy mirándolo durante un segundo con una pequeña sonrisa para luego volver a su trabajo de colocar su ropa en la maleta- A Natsuki le ha vuelto a pasar y, aun sabiendo que los chicos la van a cuidar muy bien, me necesitan.
Sting asintió comprendiendo sus palabras. Si eso le hubiese pasado a Lizy seguramente él y Rogue harían lo mismo.
-¿Ya estas lista?- pregunto volviendo su atención a las hojas.
-Casi... ¡¿Quieres dejar de leer mis historias?!- pregunto histéricamente acercándose al rubio quitándole sus hojas con las historias que estaban a medio terminar- Te lo je dicho muchas veces...
-Que sí, que sí. Que no están acabadas y queda retocar los últimos detalles- dijo con tono aburrido, pero a la vez divertido Sting ganándose una mala mirada de Lucy, pero después puso una cara seria que sorprendió bastante a la rubia- Sé que escribes sobre tu antigua vida en Fairy Tail porque los echas de menos. Puede que lo parezca Lucy, pero no soy idiota. Te entiendo de verdad, es normal que los eches de menos y si esto te hace feliz está bien. Puedes contarme lo que quieras y no se lo diré a nadie...
-Mentira. Se lo dirás a Rogue, como siempre- dijo divertida Lucy pero con pequeñas lágrimas en los ojos emocionada por lo que Sting había dicho.
-Pasando por alto que crees que soy un mal amigo, que por cierto es mentira- dijo divertido haciendo que Lucy suelte una pequeña risa- no lo has negado.
Lucy se quedó en silencio incomoda por la mirada curiosa que Sting le daba.
Por supuesto que los echaba de menos, a todos sus antiguos compañeros, a sus amigos, a su familia, a él.
No había día en que no pensara en ellos, pero sobre todo en Natsu.
A él lo veía cada vez que miraba a sus hijos que apresar de no haber convivido mucho con él, por no decir nada, tenían muchos de sus gestos. Sus sonrisas, la manera de comer, la forma de destruir, aparte de tener su misma magia.
Era imposible no pensar en él, y por consiguiente en Fairy Tail, tenido a sus hijos que tenían la personalidad de un miembro de Fairy Tail.
-Por supuesto que los echo de menos- dijo sinceramente Lucy sorprendiendo a Sting, mientras se sentaba en el sillón al lado del rubio- No puedo no echarlos de menos. Me enseñaron demasiadas cosas de cómo vivir. Cada vez que voy de misión, cada vez que estoy en casa o cada vez de camino al gremio. Hay veces que espero que aparezcan para hacerme compañía, volver a ser los de antes, pero eso no es posible.
Sting asintió comprendiendo las palabras de su amiga. No lo entendía del todo porque no lo había vivido, pero si se ponía en su piel no podía ni imaginar el dolor.
El chico intentando cambiar de tema cambio el rumbo de la conversación al ver como a Lucy no le quedaba mucho para llorar.
-Bueno ¿Ya lo tienes todo listo?- pregunto con una sonrisa mirando a Lucy que le regalo una pequeña sonrisa comprendiendo lo que él quería hacer- Deberías llevar algo también para Natsuki que le haga feliz. Creo que lo necesitara.
ESTÁS LEYENDO
Si pudiera volver a verte
FanfictionLa gente suele pensar mucho en el futuro. Imaginan uno lleno de sueños alcanzados y promesas cumplidas, pero ¿Qué pasa cuando tu presente se destruye? Lucy no esperaba eso. De repente, de la noche a la mañana todos los sueños que tenía se destruyen...