[SIN EDITAR]
Cuando giraron la cabeza no esperaron encontrarse lo que vieron.
-Luce...-dijo el hombre acercándose unos pasos a donde estaban ellos.
Lucy no podía hablar, no podía respirar.
Con el cuerpo temblando por la tristes y las ganas de llorar se aferró con fuerza a la mano de Igneel que estaba justo a su lado en modo de defensa.
Había cambiado, pero seguía haciendo que su corazón latiera de forma desenfrenada como la primera vez que lo vio.
-Natsu...- dijo ella en un débil susurro ante la tensa mirada de todos los que estaban ahí.
❌
Alrededor de ellos, las personas iban y venían de los trenes sin prestar mucha atención a lo que estaba pasando ahí mismo.
Natsu no podía apartar sus ojos de ella.
Seguía igual de hermosa que siempre. Con un vestido de color rosa pálido de manga larga con vuelo en la falda y unos zapatos planos que completaban el conjunto.
Su cabello rubio dorado estaba corto, por los hombros, y sus ojos marrones seguían tan puros y brillosos como los recordaba.
Todo en ella era prácticamente igual salvo que se notaba en ella el paso de los años que le otorgaron un aire más maduro.
Pero había un detalle.
Natsu Dragneel se fijaba en todo y no pudo pasar desapercibida la cicatriz que se veía por debajo de su vestido y su cabello en el lado derecho del cuello. Además de la mano derecha, donde antes estaba su marca de Fairy Tail, ahora había una cicatriz que, por lo que parecía, se había curado mal.
Eso hizo que una nueva punzada de dolor fuera directo a su corazón.
Lucy, por el contrario, seguía muy diferente a Natsu.
No podía mirarlo, no podía ver que había cambiado y que no, porque verlo significaría darle importancia a la persona que hace ya tantos años había roto su corazón. La había roto a ella.
Intento por todos los medios no fijarse en ese hombre. En su largo cabello rosa, en su bien formado cuerpo cubierto por una capa negra, en su rostro con rasgos endurecidos, en la cicatriz del cuello que ella tantas veces había acariciado. Intento por todos los medios no fijarse en sus ojos, esos ojos que antes la miraban con amor y cariño y que hace tan solo diecisiete años la miraron con odio y repulsión.
Ese día pasaron muchas cosas, pero una de las que más le dolieron a Lucy fue ver en su mirada, en la mirada de su compañero de vida, el odio que le tenía.
Natsuki y Draco se encontraban estáticos, paralizados.
Sabían quién era su padre, pero nunca llegaron a imaginar a verlo en persona.
Sabían todo lo que paso ese día, sabían por lo que había pasado Igneel, pero sobre todo sabían el daño que le había hecho a su madre, él y todo el gremio de Fairy tail.
Igneel no podía creer lo que estaba pasando. Después de tantos años, después de diecisiete años se encontraba nuevamente frente a una de las personas que hizo que la vida de su madre y la suya misma cambiara de manera radical. El hombre que le había hecho desconfiar de las personas y que le guardaba un rencor tan grande como el mismo mundo.
Era culpa de él, el que su madre se durmiera llorando y se despertara llorando.
Era culpa de él, el que Draco y Natsuki no pudieran dominar bien su magia.
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Si pudiera volver a verte
FanficLa gente suele pensar mucho en el futuro. Imaginan uno lleno de sueños alcanzados y promesas cumplidas, pero ¿Qué pasa cuando tu presente se destruye? Lucy no esperaba eso. De repente, de la noche a la mañana todos los sueños que tenía se destruyen...