Capítulo II

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Pov Annie

Tenía mucha suerte de que mi pupitre estuviera al lado de la ventana. Los grandes árboles del jardín trasero se ondulaban graciosamente al compás del viento, y como las traviesas ardillas, subían ágilmente. Había llegado con antelación a mi primera asignatura, y el aula se llenaba de gente a medida que los minutos pasaban. Observaba la expresión de mis compañeros cuando entraban por la puerta, intentando descifrar como les iría la vida. La guerra nos estaba cambiando y afectando a todos, y estaba segura de que lo peor aún estaba por llegar. Desde que nos comunicaron que el padre de Emily Smith, una compañera de clase, había muerto, un gran pavor reinaba las clases. Ninguno de nosotros tenía ganas de estudiar en esos momentos, sabiendo que estábamos en peligro, que nuestros familiares y amigos estaban en peligro, que todo dios estaba en peligro. Nadie podía concentrarse pensando que tal vez, al volver del colegio, te podrías encontrar a tus padres despedazados debajo de las piedras que una vez fueron las paredes de tu hogar. Y es que los bombardeos por Inglaterra estaban empezando a multiplicarse, y no tardarían en llegar a Londres.

La señorita Parkinson, una profesora de gran estatura y pómulos marcados, llegó puntual, como siempre, cerró la puerta con elegancia y nos mandó abrir los libros de gramática inglesa;

—Abrid los libros por la página 245, por favor.— Repasamos lo dado el día anterior, y para nuestra desgracia, nos comunicó que pronto tendríamos un examen.

La clase transcurrió más deprisa de lo que solía hacerlo normalmente, aunque, al decir verdad, me había pasado media clase mirando por la ventana, deprimida, intentando adivinar si aquellos árboles mañana seguirían allí. Cuando llegó la hora del recreo, ni me había dado cuenta. Recogí mis pesados libros, y me encaminé deprimidamente hacía mi sitio favorito del Richfield Hampton; la olvidada aula de música. Conociendo a mis hermanas, también estarían allí...

Narnia: La llamada del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora