Vuelve a mí

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David había vuelto a la mañana siguiente con un nuevo teléfono para la rubia. Le había dado el número de la Ingrid y había dejado a la rubia sola en su habitación para dejarle la intimidad que necesitaba, diciéndole que la llamara en cuanto estuviera preparada. Ella se había quedado largos minutos mirando el número de su madre adoptiva sin conseguir apretar el botón de llamada. Todo esto era demasiado, todo iba demasiado deprisa. Y lo único que necesitaba en ese preciso momento, la única persona que necesitaba era a Regina...Así que finalmente, había marcado su número, rezando para que su antigua compañera le respondiese. Un primer timbrazo, después un segundo...El esquema parecía repetirse, igual que la noche anterior.

-¿Sí, diga?

-Soy yo...- respondió la rubia dulcemente –Te lo ruego, no cuelgues- añadió precipitadamente

No obtuvo respuesta. Emma no soportaba escuchar ese silencio al otro lado de la línea.

-Regina, de verdad te necesito. Sé que te pido mucho, sé que me culpas, sé que te culpas. Estoy...estoy completamente destruida, física, moralmente...

Emma hablaba rápido, soltando aquellas palabras que realmente no parecían tener sentido. Quería decirle tantas cosas...

-No soy nada, ya no soy nada, Regina. Y si tú no estás aquí, yo...No lo lograré sin ti. Y la carta...Sé que David te la ha dado, sé que la has leído. Era más fácil escribirlo que decírtelo, y...

-Emma, para, por favor- la cortó amablemente Regina, incapaz de escuchar más –Sé todo eso. Solo ha sido un poco duro de encajar...

-Lo siento, lo siento tanto...

-Deja de excusarte, Emma, no es tu culpa. Nada es tu culpa.

Esta vez, fue el turno de la rubia de no responder, convencida de que las palabras de la alcaldesa no eran verdad. Ella se sentía culpable de todo, absolutamente de todo.

-¿Podrías...podrías venir al hospital hoy?- preguntó al final para cambiar de tema

-Emma, no sé si...

-No hablaremos de eso- cortó Emma rápidamente –Tú necesitas tiempo, lo comprendo y lo respeto. Así que no hablaremos de eso...Pero, por favor, ven.

La morena suspiró al otro lado de la línea, sopesando los pros y los contras de esa petición. A pesar de la culpabilidad que sentía, le era inconcebible abandonar de nuevo a Emma cuando esta la necesitaba.

-Deja que me prepare y voy- terminó por decir

Emma suspiró de alivio ante la idea de que Regina aceptara volver. Una sonrisa se dibujó en su rostro y su corazón pareció latirle más fuerte.

-Gracias...Hasta luego.

Tontamente esperó a que fuera la morena la que colgara, no estaba decidida a cortar ese precioso lazo que había logrado anudar. Al cabo de algunos segundos, el bip de fin de llamada resonó en su oído. Regina iba a venir.

Tomada por el impulso, se detuvo de nuevo en el nombre de Ingrid en su agenda y marcó, sin pensarlo un segundo más. Solo un toque más tarde, su madre adoptiva había descolgado.

-Emma...- dijo inmediatamente, un temblor en su voz declaraba su emoción

David había tenido que avisar a Ingrid de que Emma podría llamarla esa mañana, dándole posiblemente el nuevo número de la rubia. Emma notó cómo repentinamente numerosas lágrimas se formaban en sus ojos. Tras años de sufrimientos, escuchaba a su madre adoptiva por primera vez. Numerosos recuerdos volvieron a la superficie en algunos segundos, sobre todo los buenos momentos que las dos mujeres habían vivido juntas antes de la llegada de August a la casa.

Por nuestra segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora