Cenicienta y yo

155 14 1
                                    

Larry no está; se fue de viaje con su papá, hablando de papás, el mío tampoco esta, en otras palabras estoy súper híper mega sola... ¡sí! No me culpen, ¿saben cuánto tiempo llevo sin tener el día sola?, ¡mucho!

Fui al súper y compre unas golosinas, ¡a engordar se ha dicho!

*glotona*

"lo apoyo"

Al llegar a mi casa me desparramo en el mueble de la sala, oh si, chocolate, ¡voy por ti! Prendí el televisor y tome el chocolate, estaba dispuesta a abrirlo, pero, como yo nunca me equivoco, algo me interrumpió; teléfono.

¡¿Padre?!

- Bendición – murmure tras coger el teléfono-

- Cambio de planes, la reunión se hará en la casa, la quiero reluciente antes de las seis- expresa en monótono- ah, y haz comida para los invitados, ¡no lo arruines! – cuelga-

- ¡genial! – me queje, ¿Cómo es posible que arruine de esta manera mi precioso día? Bufe.-

Y como ordeno mi padr... ¿saben algo?, ¡le diré Robert! Como ordeno Robert, empecé a limpiar la casa.

Busque el cepillo y empecé a barrer cada partícula de polvo que se encontrase en el suelo; al terminar de barrer se me ocurre la genial idea de escuchar música, ¿Por qué no se me ocurrió antes? Tras colocar mi música, procedo a pulir el suelo, esta es la parte más aburrida...

...

Imagino que ya está limpio, oye, hice lo mejor que pude...

"puedes poco"

Suspiro, como decía, creo que está lo suficientemente limpio como para ver su reflejo en cada rincón de la casa. Yo misma me encargue de eliminar la suciedad de toda la casa, pero hay algo que me tiene un tanto inquieta, ¿Por qué aquí?, es decir tengo entendido que las reuniones de profesores no se hacen en una casa, se hacen en la universidad... o eso creo.

Al llegar el mensaje de "ponte decente, no me hagas pasar vergüenza", subo de mala gana y me coloco lo primero que vea "decente". Esto es un fastidio, tras colocar aquella. Trago en seco, falda; debo recalcar antes de que destruyan mi orgullo que es una falda tubo, nada de volantes ni esas pendejadas.

*Si, claro*

Junto con una camisa negra un tanto holgada, me puse unas zapatillas y, al estar lista; ya que no me pienso maquillar me desparramo en mi cama.

- ¿Cómo estás? – digo al notar que atiende mi llamada-

- Bien – dice un tanto alegre, se logra escuchar una conversación en ingles en el fondo-

- ¿Donde estas? – me remuevo en la cama-

- Boston – suspira como hechizado, ¿a qué viene eso?-

- Ah – dije en monótono-

- ¿Qué haces?...

- Nada. Una pregunta – continuo al escuchar el "aja"- ¿a que vino ese viaje?- enarque una ceja, sé que no puede verme pero de igual manera lo hice-

- El trabajo de mi padre – aclara su garganta-

- ¿puedo saber cuál es? – coloque mi voz infantil-

- Ni idea, no sé que hace en concreto lo que sé es que es el dueño de una compañía de...- se detiene en seco – colchones ortopédicos...

- ¿el dueño? – digo un tanto sorprendida- no sab... - me detengo en seco al escuchar una muy femenina voz al otro lado de la línea, la cual alarga su nombre-

Polos iguales (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora