Me levanto de mi cama rápidamente y me lavo la cara y los dientes, ¡dormí bastante! Al oír mi celular sonar lo agarro rápidamente.
- Baja enana – dice tras yo atender- ¿alo? – pregunta extrañado porque no respondí-
- No me digas enana – masculle-
Se escucho un suspiro
- Baja mi amor...
Sentí la sangre acumularse en mis mejillas, ¿esa voz tan seductora era de él?
- Con Kendall hubiera bastado – murmure apenada-
- No te quejes y baja – dice divertido-
Sonreí y baje las escaleras, ¿habré vuelto a mi color habitual? En la sala se encontraba Robert, ¡lo que faltaba!
- ¿A dónde crees que vas? – no tardo en llegar su regaño-
- A salir – dije rápidamente aproximándome a la puerta, ¿saben que fue lo raro?, ¡que no dijo nada!-
Abrí la puerta y Salí, busco a Larry con la mirada; se encuentra a unos metros de mí con los brazos abiertos; no dure ni dos segundos para lanzarme sobre él.
- ¡te extrañe! – me hundí en su pecho-
- Yo también pitufina – se mofo e inmediatamente me separe de el –
- ¡no es mi culpa que seas tan alto! – chille-
- Está bien – rodo los ojos - ¿A dónde quieres ir? – enarca una ceja, se ve tannn...-
- A caminar – sonreí-
- ¿me despertaste para ir a caminar?, ¡eres única!...
- ¡dijiste que estabas despierto! – lo interrumpí –
- Lo estaba – me toma de la mano y empieza a caminar-
¿Estaba dormido? Lo mire detenidamente; su cabello esta desordenado, pero del resto esta normal... normalmente sexy, ¡esa ropa le queda genial!
- Te vez bien – murmure, intentando romper el hielo-
- ¿Sí? – arruga la cara- ¿estas consciente de que estoy en pijama verdad? – carcajeo –
- ¡¿pijama?! – mis ojos se abrieron de par en par- que pijama más sexy - ¿dije lo que creo que dije? –
Larry se detuvo en seco y me vio, si, si lo dije.
- ¿crees que soy sexy? – dice burlón –
- Nunca dije eso – desvié la mirada-
- Si lo dijiste – dobla su espalda, está cerca de mi rostro, muy cerca-
- Dije que el pijama es sexy, no tu...
- Ah, yo me había emocionado – hace un puchero y sigue andando- mi amor...
Al escuchar eso sentí nuevamente la sangre subir a mis mejillas, ¡qué pena!
- ¿Qué?...
- Dame un beso – coloco su rostro frente al mío, ¡¿Qué?! –
- ¿Por qué? – dice mi temblorosa voz-
- Me provoco – se encogió de hombros- ¡me lo merezco!
- Pero... cierra los ojos – obedeció-
- ¿segura que no pintaras mi boca? – se ríe-
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Polos iguales (En edición)
Ficção AdolescenteElla vive un infierno; él cree vivirlo. Ella trata de ver siempre el lado positivo. Él sin darse cuenta lo encuentra. Ella odia los miércoles. Él toda la semana. Ella vive atada. Él se ata a sí mismo. Ella odia que la vean llorar. Él odia ver llorar...