¿Victima o... ladrona?

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  Hoy no iré al liceo; quiero estar sola, sin liceo, sin estúpidos profesores, ni compañeros ruidosos, solo yo. Tome mi bolso y salí.

  Antes de ir a la parada paso por la floristería, a ella le gustaban las margaritas. Las pago y meto en mi bolso, ahora sí. Me dirijo a la parada.

  Me paro impaciente esperando el bus, ahora que lo pienso ¿traje mis llaves? No recuerdo haberlas agarrado. Empecé a buscar las llaves en mi bolso ¡aquí están! Pero, ¿Cuándo metí el encendedor aquí?, digo, anoche lo metí en la gaveta de la mesa de noche ¿no? Sacudí la cabeza, estos días no sé donde tengo la cabeza.

  Subí al bus. Antes de de devolver el encendedor a mi bolso lo examino un momento, ¿Qué significara "L.P"?... ¿Love París?, es una frase un poco trillada y que indiscutiblemente estamparía una adolescente de quince años en todas partes. Tengo diecisiete y hablo como si tuviera ochenta. Volviendo al tema, lo que me intriga es que el dueño no era una adolescente de quince años; un adolescente de quince años tal vez...

— ¿Dónde se queda?—el colector me saca de mis pensamientos.

— En la próxima parada — respondí mientras pagaba.

  Voy a visitar la tumba de mi madre; murió hace siete años... fue mi culpa. Se podría decir que esa es la razón por la cual mi padre me odia, él la amaba mucho y se le fue, me gusta pensar que quedo traumado, es decir ¿Por qué otra razón se comportaría así? En mi garganta se hiso un nudo, limpie las lagrimas que salían de mis ojos; seguro es por eso. Repetí una y otra vez lo mismo en mi cabeza.

  Matar a mi propia madre... soy una mierda de ser humano. Deje caer mi cabeza en el espaldar del asiento.

  Al llegar me invade un miedo, no debería estar aquí, es muy descarado de mi parte— a pesar de ser mi madre—

  Me quede en la entrada del cementerio, petrificada, con lagrimas en los ojos ¿Qué hice?, no sabes cuánto te odio. Si mi padre me viera seguramente me mataría, diría algo como; "¿Primero la matas y ahora lloras?", después me golpearía, a pesar de ser hábil con las palabras siempre recurre a los golpes... siempre. Aunque de cierta forma tiene razón ¿Por qué llorar?, se supone que la víctima es él; yo soy la villana. Sacudí mi cabeza y entre.

  Estar frente a frente a la tumba de mi madre es simplemente aterrador ¿me odias mamá? Saque las margaritas de mi bolso y las coloque detrás de la tumba; no quiero que mi padre las vea.

  No paró de llorar; como estúpida. Que despreocupada soy ¿no?, por eso es que me pasan las cosas ¿esto estaría pasando si hubiera huido?, ¿Por qué no huí?, ¿de qué me sirvió jugar a la heroína?... si no hubiera jugado el papel de súper héroe ella estaría viva.

—Lo siento, fue mi culpa—un susurro se escapó de mis labios.

  Lagrimas, ¿podrían dejar de salir?

—Lo siento mucho, por favor perdóname—me desplome en el suelo, lo que faltaba.

— ¿Estás bien?—se acerca una señora preocupada ¿hasta cuándo vas a crear problemas Kendall?

  Limpio mis lágrimas rápidamente y me levanto.

—Si señora—finjo una sonrisa.

  Me ve fijamente unos segundos y luego se va. Suspire, odio que me vean llorando, me siento más pequeña e inútil que de costumbre. Debería irme.

—Adiós, en serio lo siento—murmuré segundos antes de irme.

  Me fui directamente a casa. Entro en ella, subo las escaleras y me dejo caer sobre mi cama. Siete años... ¿Cómo logro aguantar tanto?, ¿Por qué no simplemente lo denuncio? Ah, sí es verdad; no puedo. Se forma nuevamente el nudo en mi garganta, debo salir de aquí, siento que me asfixio. Me levante de mi cama, debería cambiarme y salir a tomar aire fresco de todas formas mi padre no llegara ahora, debe estar muy ocupado —bebiendo—

Polos iguales (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora