Fobia a las compras

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- -¿A dónde se supone que vamos? – me apresure en preguntar-

- A comprar – responde entusiastamente –

- ¿Qué vamos a comprar? – indague-

- Ropa. La que tengo ya me está quedando pequeña – suspiro –

Nos detuvimos en la parada y esperamos pacientemente el bus. Hace un lindo día, el cielo está despejado y no hace mucho sol... me da cosa Larry.

*¿Vieron que no es normal?, ¿Qué clase de persona salta de un tema de conversación a otro?*

Yo.

- Además, le quiero comprar un regalo a mi prima; está cumpliendo años y necesito una opinión femenina – sonríe ampliamente mientras nos subimos al bus-

- ¿Por qué no viniste con Sofía o tu mamá? – enarque una ceja divertida, ¡casi toca las partes nobles de un anciano!-

- Como decirlo... mamá tiene gustos anticuados y Sofía es... muy excéntrica – hace una mueca – la única que quedaba eras tú.

- No sé si sentirme alagada o ofendida- bromee-

El camino hacia el centro fue algo, como decirlo, un poco aburrido y estresante, me di cuenta de que ¡odio los buses!, es decir, está repleto de niños... aunque también hay bebes; eso es bueno.

*¿No dijiste que odiabas a los niños?*

Si, a los niños; no a los bebes.

"es lo mismo"

¡Claro que no!, los niños son niños y los bebes son bebes!"

Ignoro las voces en mi cabeza y vuelvo a centrar mi vista en la carretera, estamos cerca.

Al llegar y bajarnos del bus, Jorge me toma del brazo y me lleva a la primera tienda.

- ¡Kendy! – viene corriendo hacia mí con dos camisas, parece niño en juguetería-

- ¿Qué?...

- Cual me queda mejor – dijo colocando enfrente de él la camisa color vino-

- Esa es linda, aunque me gusta más esa – apunte a la camisa que llevaba una empleada- ¿Por qué no te las pruebas?...

Asintió varias veces y se fue corriendo hacia los probadores, ¿ama la ropa o soy yo? Al estar enfrente del probador, este sale sonriente con la camisa negra; la que me había gustado.

- Si, te queda genial. Date la vuelta – dije con aprobación y este obedeció- ¿no te aprieta? – pregunto tocando la camisa, es decir, le queda muy ceñida-

- No, ¡mientras más apretada mejor! – sonríe este entrando otra vez al probador-

- ¡después te quejas cuando la ropa te queda pequeña! – dije en voz alta para que me escuchara-

Un "déjame" se escucho levemente. Suspire, este chico es un caso perdido. Al rato sale con la camisa color vino, es linda.

- ¿Qué tal? – dice con voz de don Juan –

- Te queda bien – alce mi pulgar –

Y volvió a entrar al probador, ¿soy yo o duraremos todo el día aquí?, ¡llegare a mi casa mañana! Me puse a deambular por la tienda; dado que Jorge no salía, hay algo que no entiendo, ¿Por qué dura tanto?, es decir, no es como si se estuviera probando sostenes o algo parecido.

Polos iguales (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora