Fredag, 19:15

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Había estado toda la semana impaciente porque llegara el viernes. Supongo que es algo normal que un chico de mi edad esté esperando el viernes desesperadamente. Ese día era el fin de clases, el inicio del fin de semana, el día en el que se salía de fiesta. Pero yo no estaba pendiente de ninguna de esas cosas precisamente. Cualquier otro viernes de hace un año estaría ahora mismo en la casa de mi amigo Mikael bebiendo cerveza y preparándonos para la fiesta de esta noche. Sin embargo, esta noche me disponía a ir a la reunión del kosegruppa. No iba a ir a ninguna fiesta esta noche, pero pensaba conseguir entablar conversación con Isak. Hoy iba a ser el día.

Me mire por sexta vez en el espejo de mi habitación. Normalmente no era un chico que se fijara mucho en su aspecto. Era guapo y lo sabía. Sabía como gustarle a la gente. Sabía que tenía ese aire de chico guay y popular del instituto. En estos meses que llevábamos de clases algunas chicas me habían preguntado si tenía novia y algunas otras me han invitado a salir. Sin embargo, toda la confidencia que solía tener en este momento había desaparecido. Quería causarle buena impresión a Isak, quería crear un impacto en él que no pudiera olvidar. Por eso, estaba revisando otra vez la ropa que llevaba para ver si me veía bien. Me había decidido por una sudadera y mi chaqueta favorita vaquera.

- Déjalo ya, cariño- me dijo mi madre apoyada en el marco de la puerta con una sonrisa.

- Pero, ¿me veo bien o no?

- Quién eres tú y qué has hecho con mi hijo al que no le preocupa su aspecto.

- Muy graciosa- le conteste ya que no era normal que yo me preocupara por mi aspecto.- Bueno, pues entonces me voy yendo.

Salí de mi casa y me dirigí a coger el autobús. Iba repasando mentalmente los distintos planes que podía seguir esta noche para entablar conversación con Isak. Intentaba alejar los malos pensamientos que siempre me acechaban. Cabía la posibilidad de que Isak no se presentara o de que yo no le agradara cuando me conociera. Sabía que todo eso podía pasar, pero esta noche me había propuesto nada de pensamientos negativos así que en lugar de pensar en lo que podía salir mal quería pensar en alguna forma para bromear con él.

Mientras caminaba recibí un mensaje de Sonja en el que decía "seguro que te va genial". Sonreí al ver el mensaje. Era agradable que alguien aparte de mi madre se preocupara porque hiciera nuevos amigos en el colegio. Aunque claro, lo que ellas no sabían es que mis planes no eran ir allí para conseguir un amigo, sino algo más. Le contesté al mensaje con un "¿lo dudabas?" que sabía que a ella le habría hecho sonreír aunque seguramente pensaría que soy un creído. Así que me contestó con un simple "idiota". Iba a devolverle algún otro mensaje cuando me di cuenta de que estaba en la parada de Nissen. En ese momento todos mis pensamientos se difuminaron para concentrarme en Isak.

Mire la hora. Llegaba un poco tarde pero no importaba porque así podía mirar si él había llegado ya. Acelere el paso hasta la sala donde se celebraba la reunión. Mientras iba por el pasillo me pare a consultar mi aspecto una vez más. Sin haberme dado cuenta en el autobús me había entretenido sacando el cordón de la sudadera y uno había quedado notablemente más largo que otro. Supongo que se debía a lo nervioso que estaba, incluso tenia la frente un poco perlada de sudor.

No me lo podía creer. Finalmente había llegado el día en el que hablaría con él y no podía esperar más. Entré a la sala que resultó ser una especie de teatro con un gran escenario en medio y gradas negras en las que había unas pocas personas sentadas. Llegué al centro de la habitación y hablé con la chica rubia del otro día. Estaban con ella otras dos chicas más que supuse eran sus compañeras.

- Hola.

- Hey- me dijo la chica rubia sonriendo.- ¡Qué bien que hayas venido!

He's manic {Evak}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora