El resto del miércoles y el jueves pasaron de una manera normal y tranquila. Isak y yo estuvimos mimándonos y besándonos tumbados en la cama. En algunos momentos salía a fuera para hablar con Eskild o con Linn, algo que ya se había convertido en habitual. Era impresionante como en tan poco tiempo me había acostumbrado a lo cómodo que estaba en ese piso, no sólo con Isak, sino también con el resto de los que vivían ahí. Sinceramente, lo que más pena me daba de que hubiera llegado el viernes es que al volver mi casa iba a echar de menos todo eso. Volver a mi casa traía un montón de cosas buenas, pero ninguna comparable con el hecho de vivir con Isak. Vivir juntos era una de las cosas que más me gustaba en el mundo e iba a echarlo mucho de menos. Por eso estaba un poco triste y decaído aunque intentaba no demostrarlo ya que hoy era el día de la fiesta de Isak y no quería amargarle.
Eran unas dos horas antes de que empezara a la gente a la fiesta y, mientras Isak y Eskild terminaban de decorar un poco el salón, Noora y yo estábamos en la cocina haciendo galletas con formas de Navidad. Ella y yo compartíamos pasión por la cocina así que nos lo estábamos pasando bien con la tarea que nos habían encargado. Hubo algunos choques porque Noora quería que todo estuviera perfecto. Además, yo era más bien descuidado mientras que ella era un poco maniática de la limpieza así que iba detrás de mí bayeta en mano limpiando todo lo que ensuciaba.
Al final terminamos de disponer la comida por el salón y yo me volví al cuarto de Isak. Empecé a meter las pocas cosas que tenía ahí en un macuto que Isak me había dejado. En esta semana nuestra costumbre de prestarnos contantemente la ropa se había intensificado. Yo había usado casi toda su ropa y él también se había puesto algunas prendas mías. Supongo que son cursilerías de pareja.
- Hey. ¿Seguro que estas bien yéndote, baby?- me preguntó Isak entrando en la habitación y acercándose a mí mientras yo terminaba de guardar algunas cosas.
- No estoy muy seguro, la verdad- le contesté yo.
- Entonces quédate un poco más, por mí no hay problema.
- No quiero sentirme una carga, Isak-empecé a explicarle yo.
- Para mí no eres ninguna carga, amor. ¿Cuántas veces voy a tener que decírtelo?- dijo Isak con un tono de regañina pero luego se acercó a besarme. Nos quedamos un rato más dándonos dulces besos hasta que se empezó a escuchar llegar a los primeros invitados.- Voy a ver si han llegado los chicos. Tú piénsate eso.
- Okay.
Isak se fue y me dejo ahí solo en su habitación pensando. No sabía bien qué hacer. Sinceramente no tenía ganas de volver a mi casa pero sabía que era algo que no iba a poder estar retrasando para siempre. Simplemente me decidí por llamar a mi madre y ver qué opinaba ella al respecto.
- ¿Mamá?- contesté cuando ella me cogió el teléfono.
- ¿Qué pasa, Even? ¿Quieres que vaya a recogerte, cariño?- me preguntó un poco preocupada.
- No. Es que quería hablarte de eso- dije yo mientras hice una larga pausa. No sabía bien lo que quería ni cómo expresarlo.- Es que no sé si quiero volver a casa.
- ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?- preguntó ella y noté como la preocupación se agrandaba en su tono de voz.- No quiero agobiarte, cielo, pero sabes que voy a estar ahí para cualquier cosa, ¿verdad?
- Si, lo sé, gracias mamá- contesté yo mientras suspiraba pensando en cómo contarle que quería pasar más tiempo con Isak.- Es solo que... No sé cómo decirlo, pero me siento muy a gusto aquí con Isak y me da miedo irme. Me da miedo que si me voy todo lo que ha pasado no vuelva a ser real.
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He's manic {Evak}
FanfictionTodos conocemos lo que pasó en la temporada 3 de Skma, pero lo conocemos desde la perspectiva de Isak. ¿Qué pensaría o sentiría Even? Aquí vamos a descubrir cómo vivió Even su primera conversación, su primer beso o su primera ruptra. En definitva, c...