He's manic {Evak}

Lørdag, 10:15

Había dormido como hacía mucho que no dormía, sin preocupaciones y totalmente a gusto. Me desperté al escuchar movimiento por la habitación y supuse que Isak ya se habría levantado. En ese momento, nada más despertar, me entró un ataque de pánico al pensar que quizás todo había sido un sueño, que no era real. Así que decidí abrir los ojos lentamente.

- Hei- me susurró Isak nada más despertarme. Estaba a escasos centímetros de mí y eso me hizo sentir un poco de felicidad. Saber que había estado ahí todo el rato esperando a que yo me despertara me hacía feliz, pero, al mismo tiempo, creía que él no se merecía eso, no merecía tener que aguantarme en momentos como ese.

- Hei- contesté yo un poco decaído ya que estaba de lleno en una de mis fases de depresión. Miré entonces a las cortinas de la habitación de Isak, por si eran amarillas, por si estábamos en un universo paralelo en el que no estaba enfermo y podíamos tener una relación normal.

- ¿Tienes hambre?- preguntó él.

- ¿Qué hora es?

- Como las 10:30 o así.

- Debería irme- dije entonces serio porque no quería que Isak tuviera que aguantarme, no quería ser una carga.

- ¿Por qué?

- Porque no quiero que estés aquí tumbado sintiendo que tienes que cuidarme- le dije y era verdad. No creía que Isak se mereciera estar con alguien como yo, merecía ser feliz con alguien con quien no tuviera que preocuparse por su estabilidad mental.

- No siento que tenga que cuidarte. ¿Y por qué eso sería malo?

- No es malo. Solo que no quiero que estés tumbado estando triste- le dije yo para dejárselo claro.

- No estoy triste.

- Solo sé que esto no van a funcionar.

- ¿Por qué dices eso?- preguntó él un poco desconcertado.

- Porque es verdad- dije yo mirándole directamente a los ojos. No sé si estaba entendiendo mi punto, pero yo no quería herir ni decepcionar a nadie, no otra vez.- Solo voy a hacerte daño. Y tú me acabaras odiando.

- No- dijo él contrariado.- No sabes una mierda de cómo va a terminar esto. Una bomba atómica podría caer sobre nuestras cabezas mañana y esta conversación sería entonces una pérdida de tiempo. Te sugiero que dejemos de hablar del fututo. Los dos nos vamos a tomar esto de una manera totalmente relajada. Vamos a jugar a un juego. Se llama Isak y Even: minuto a minuto. Se trata de que lo único que nos tenemos que preocupar es del siguiente minuto. ¿Te apuntas?

- Vale- dije yo realmente sorprendido y conmovido por todo lo que acaba de decir. Él quería tomarse realmente en serio nuestra relación y quería estar conmigo sin importar lo que pasara y eso era todo lo que yo necesitaba en ese momento.

- ¿Qué vamos a hacer en este minuto?

- En este minuto nos besamos.

- Está bien- dije yo mientras que una sonrisa se asomaba en mi boca.

Entonces Isak se acercó para besarme. Fue un beso dulce, una caricia de nuestros labios. Amaba la sensación de sus labios húmedos contra los míos, era todo lo que estaba bien en este mundo. Además, ese beso significaba muchas cosas importantes como que entre nosotros ya no habría más engaños y que íbamos a estar juntos para siempre. Iba a dar todo lo mejor de mí para poder llevar una relación sana con Isak e iba a conseguirlo.