Lordag, 15:15.

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Después de lo de anoche, Isak y yo nos encerramos en su habitación. Dormimos un poco, pero no mucho. Yo no solía dormir apenas así que él tampoco quiso dormir. Cuando él sol salió, Isak fue a la cocina por algo de desayunar. No quería que sus compañeros de piso supieran que yo había dormido aquí esta noche. No me gustaba eso, pero entendía que era normal. Era un adolescente y solo estaba asustado de que las personas cercanas a él le rechazaran.

Después de comer algo, nos pasamos a fumar. En esa mañana llevábamos ya demasiados porros. Intercalábamos una calada de porro y muchos dulces besos. Llevábamos horas tumbados en la cama, cambiando de posición pero siempre juntos abrazados y besándonos. Nos había dado tiempo a hablar de un montón de temas, algunos serios y otros realmente estúpidos. Era la persona más feliz del mundo en ese momento. Es gracioso como uno puede ser feliz simplemente tumbado en la cama con la persona que quiere.

- A veces pienso que la vida es como una película- dije yo entonces mientras acariciaba la espalda de Isak.- Que podemos más o menos ser los directores de nuestra propia vida. ¿Entiendes lo que quiero decir?

- Sí, pero no estoy de acuerdo- respondió él. – Lo que me parece interesante es el infinito, el espacio.

- ¿Qué?- le dije yo no entendiendo muy bien el punto al que él estaba yendo.

- El espacio tiene muchos universos paralelos, lo grande que es y lo pequeños que somos comparados con los universos infinitos paralelos que existen- empezó a contarme él. Lo estaba mirando fijamente a los ojos y pude ver perfectamente el brillo que se le formaba al hablar de un tema que le interesaba tanto. Ahí fui cuando me di cuenta de lo afortunado que era. Isak era un chico realmente inteligente y de esos escasean.- Todo lo que pueda llegar a suceder, va a suceder. Y no solo va a suceder, está sucediendo. Estoy seguro de que en un universo paralelo hay un Isak y un Even tumbados en el mismo sitio solo que las cortinas de su habitación son de un color diferente o algo así.

En ese momento una sonrisilla asomó a mis labios. Lo que estaba diciendo era realmente interesante, pero al mismo tiempo lo consideraba bastante improbable. Sin embargo, lo más fascinante era como de entusiasmado se le veía a él.

- ¿Podrían ser las cortinas amarillas?- le dije yo siguiendo con su conversación.

- Sí.

- Creo que ya he fumado demasiado- le dije sonriendo.

- ¿Nunca has pensado en eso antes?- me preguntó el contrariado.

- Sí, pero me empiezo a sentir, no lo sé, sólo- le dije entonces. No sabía bien expresar como me sentía y no quería que él pensará que era rarito ni nada de eso.

- ¡Pero es interesante!- dijo él todavía emocionado.

- No me gusta.

- ¿Por qué no?

- No lo sé- en realidad no sabía cómo expresarlo.- Me asusta.

- Joder, ¿cómo que te asusta?- dijo él suspirando porque claramente no entendía lo que yo estaba diciendo.

- No es como cuando ves una película de miedo- traté de explicarle-, sino como sintiéndome solo en el mundo. Eso me asusta. Estas tú y tu cabeza y todos tus pensamientos.

- ¿Qué quieres decir?

- Una sensación de que estamos solos en nuestra mente- dije yo mientras lo seguía mirando fijamente para ver sus reacciones ante esta conversación que para mí era bastante intima, le estaba contando uno de mis miedos más importantes.

He's manic {Evak}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora