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Paró de darle tanta sacudida al saco de boxeo, y aunque las manos le dolían un poco, no fue por ello la razón del porqué había parado tan abruptamente.

Mantenía la mirada sobre Cuatro, quien parecía brindarle algunos consejos a Tris para mejorar en el entrenamiento.

Frunció el ceño ante ello; ¿Pensaba sacarle información a la gente de su alrededor para arreglar las cosas o solo estaba siendo demasiada excéntrica y dramática? Cuatro no era de acercarse mucho a las personas y la mayor parte del tiempo trata de estar distante de los demás y simplemente se comportaba como uno más.

En pocas palabras, no estaba muy interesado en los iniciados, sino que era su trabajo el tener contacto con ellos.

—Sigue practicando, novata.

Observó como su hermano quebraba cualquier contacto existente con la rubia al escuchar como lo llamaban desde la otra parte del gimnasio.

Seguidamente se centró en la voz estricta de Eric dirigiéndose a ella, el cual había volteado la mirada para dedicarle esas simples palabras.

—Enseguida —respondió rodando los ojos, si algo no soportaba eran las órdenes. Pero debía hacer una única excepción si se trataba de él. Debió pensar con anticipidad que ubicarse a unos metros del líder no le traería mucha paz o concentración.

Prosiguió a golpear el saco unos segundos más. Sin embargo, unos pequeños gritos logró llamar su atención y aún más cuando descubrió que se trataba de Christina.

—¡Levántate! —exigió Eric.

Christina se levantó como pudo, dado que todo su cuerpo dolía por los golpes recibidos. De su nariz emergía un liquido rojizo y espeso que reconoció como sangre y poco más pudo averiguar para cuando la muchacha fue tumbada nuevamente en el suelo por la chica monstruo que dias atrás había acabado fácilmente con Tris.

—No creo que.. —empezó Becca. Tris se había unido al ver como su amiga era golpeada brutalmente, justo como ella.

—Calla. Ella puede hablar por sí sola.

Christina comenzó a retorcerse del dolor y no tardó mucho en rendirse. Sin embargo, supo que algo andaba mal al segundo en que Eric le ofreció la mano para levantarla.

Era más que obvio que le fastidiaba su falta de agallas, pero la morena no supo ver eso.

Eric les ordenó a todos parar con sus actividades para que le siguieran. Caminaban por un túnel y Becca seguía presintiendo que algo no andaba bien a la vez que miraba con atención como Eric pasaba su mano por la espalda de Christina, fingiendo consuelo.

—¿Ocurre algo? —Tris había notado su inquietud todo momento en el que estuvieron caminando, por lo que no dudó en aue algo le sabía mal.

Ella la miró de soslayo antes de posar su vista nuevamente en ambos, no queriendo perderse de los detalles.

—Probablemente no sea nada, pero, Eric no mostró ni un poco de compasión por ti cuando terminaste inconsciente en la pelea a pesar de no haberte rendido. Sin embargo, Christina sí lo hizo y ¿ahora le da un pequeño consuelo? No me lo creo.

—¿A qué te refieres exactamente?

—A Eric no le gusta la debilidad, y tengo la corazonada de que nos va a dar un ejemplo de lo que pasará si llegamos a recurrir a la rendición.

La rubia finalmente le miró comprendiendo y sintió cierto miedo por su amiga, esperando que solo fuera una simple corazonada. Rápidamente una fuerte exclamación se extendió a lo largo del túnel hasta llegar a los oídos de ambas chicas, quienes no dudaron en correr para ver lo ocurrido.

Sin embargo, una mano tomó desprevenidamente la muñeca de Becca, logrando parar su avance y que Tris tomara la delantera. A su costado, Peter le hacía una seña para que lo siguiera y ella dudó unos momentos hasta que terminó cediendo. Casi nadie se había dado cuenta de su escapada improvista.

Excepto él.

Tobias observaba con fervor como ambos adolescentes se escapaban de la multitud, quienes estaban demasiado distraídos como para darse cuenta de su ausencia, y la sangre le hirvió.

¿Qué tramaban esos dos?

Divergente [Peter Hayes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora