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I'd still have to try, with all the love. I have inside.
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- ¿Podrías decirme quién mierda es esa?
No supo bien qué fue lo que logró aturdirlo más: si el golpe que se dio en la cabeza cuando fue brusca y sorpresivamente orillado hacia el muro anexo a la puerta de su hogar junto al de la mejilla o si fue el tono claramente amenazante y exigente proveniente de quien hace días atrás se proclamaba su futuro ex esposo. Lo cierto era que Axl no podía precisar con palabras el cúmulo de emociones que navegaban furiosas por los caudales de su alma y corazón; en parte sentía una emoción masoquista que se avergonzaba en admitir, y por otra la furia y el recelo crecían en su interior al saberse celado cuando antes había sido despreciado. Y todo ello causado por un curioso malentendido.
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Horas antes.
La mañana en que Axl reanudó sus labores cotidianas se apreciaba despejada y templada. Habían pasado un par de días desde que dejó en la contestadora de Slash su último mensaje de voz apelando a una cordura consensual que –para ser francos- ya había dado por perdida. Siempre supo que su esposo no era una persona sencilla en cuanto a carácter uno pudiese hablar de vez en cuando, pero apostaba todo de sí por aquella sensibilidad humanitaria que el morocho resguardaba con ahínco en la coraza de su corazón.
Saul Hudson no era una mala persona. Con el carácter disfrazado de alguien agradable y los golpes certeros de un depredador de alto rango, era sin duda aquella combinación irónica que daría cierto matiz de comedia locuaz a su vida. Asimismo, la poca gente que lo rodeaba en su quehacer podía dar fe de aquello. Aquel era el caso de Duff McKagan.
McKagan cuando cumplió la mayoría de edad decidió emprender una buena vida sin problemas y soñada felicidad. Educado y criado por su padre supo adquirir las destrezas y el desembarazo de quien obtiene de una vida privada de afectos. No fue un niño mimado, pero en cambio sembró y cosechó la astucia como su bien más preciado. Desde temprana edad supo identificar y coger oportunidades únicas y especiales, inclusive antes de que las mismas fuesen atrayentes para cualquiera. Sabría Dios si fuese olfato o mero instinto, lo cierto es que McKagan tenía una perspectiva bastante amplia de la vida y aquello fue lo que finalmente lo llevó a ser quien era actualmente. Soltero, sin hijos y con contadas amistades, se hallaba en América cumpliendo parte de sus sueños empresariales. Por esos detalles de su vida y demás cosas, Duff sabía que Slash cometía un error en su vida. Y maniático de la perfección como era, no podía evitar querer prevenir a su socio de la metida de pata que haría una vez dado el divorcio.
- ¿Pero qué mierdas tienes con mi divorcio? – Preguntó exasperado el morocho tras sorber su café con azúcar en la que provisionalmente era su sala de estar. - ¡¿Tanto daño te hace el que me divorcie de Axl?!
- No entiendes, Slash. – Expresó calmo ante la respuesta de Hudson. Acomodó su portafolio sobre la mesita de caoba, esparciendo los papeles con cuidado sobre ella y señalando con rotulador fosforescente los aspectos importantes del contrato. – Esto va más allá del aspecto legal. En cuanto propiedades y dinero, no tienes nada que perder más allá de lo ofreces. Pero es tu desempeño lo que realmente me inquieta.
Duff se pasó los siguientes quince minutos explicando a detalle la relativamente poca suma que significaba la parte que por derecho del contrato nupcial le pertenecía a Axl, además de la casa que sería otorgada sin más. A un lado de los números nada desestimables, Duff señaló con rotulador los casos que Slash aplazó en la semana por razones poco definidas: cinco clientes habían preferido pasar a la competencia antes que esperar las nuevas citas pre-programadas que Hudson mandó a hacer a su secretaria cuando se sentía indispuesto en cumplir. Todas ellas se dieron durante el mes y de forma espaciada, aunque nada comparado con el número de casos sí atendidos, la verdad era que aun así la pérdida era estimable.
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Despertar [Slaxl/Adaptación]
RomanceSlash y Axl son un matrimonio a punto de divorciarse. La infidelidad de Hudson y la desesperación por preservar el matrimonio de Rose los llevará a ambos a emprender un nuevo camino, tal vez juntos, tal vez separados, ¿qué tan fuerte es el amor? El...