CAPÍTULO 31. Fallaste.

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CAPÍTULO 31.

 Fallaste.

 Ojo por ojo, Cobra.

Justin’s POV

-Todavía faltan como tres horas para lo de Jeff, ¿quieres adelantarte? –preguntó Lil con el ceño fruncido, pero segundos después se respondió a sí mismo. –Oh, ya entiendo. Le quieres dar una sorpresita, ¿no? –adivinó sonriendo y haciendo movimientos patéticos de box, lanzando puños flojos al aire.

Yo negué con la cabeza.

-Ve al gimnasio. Encuentra a la rubia flaca y tráela. –ordené saliendo de la preparatoria, el portero me vio, pero tan sólo se hizo a un lado agachando la mirada. –Voy a estar en el callejón de la izquierda.

Lil frunció el ceño.

-¿A Kayla? ¿Para qué la quieres? –preguntó confundido.

Yo sólo lo miré con ojos entrecerrados y él asintió dirigiéndose al gimnasio.

Caminé hacia el gimnasio, sólo había un vagabundo, pero una patada en la espalda fue suficiente para que despertara y verme fue suficiente para que saliera corriendo.

Me recargué en la pared y encendí un porro, había sido una semana un poco pesada y el único respiro que había tenido había sido cuando fui al cine con Marissa. Y lo peor de todo, no había follado como en un millón de años, saqué mi celular y marqué el primer número de mujer que vi.

-Cobra, ¿al fin empiezas a extrañarme? –preguntó Clarisse, entrecerré los ojos intentando recordar quién era.

-¿Estás libre? –pregunté ignorando su pregunta.

-¿Para ti? Siempre. –respondió coqueta y yo rodé los ojos.

-Voy a ir a tu casa en como… media hora. –dije a punto de colgar. –Espera, ¿dónde vives?

-¿En la calle Thompson? –respondió confundida como si fuera algo obvio.

Yo entrecerré los ojos un poco más, el porro comenzaba a surtir efecto y yo empezaba a pensar un poco más lento.

-Ya, eres rubia, ¿no? –recordé vagamente a una chica rubia de tetas falsas que vivía cerca de Kevi.

-Sí… -respondió dudando.

-Bien, llego como en 30. –finalicé y colgué.

Cerré los ojos intentando disfrutar de la sensación, pero supongo que mi cuerpo ya estaba tan acostumbrado a la marihuana que ya no sentía el mismo atontamiento, ni alucinaba, tenía que fumar muchísimo para lograrlo y no tenía ganas, además iba a necesitar energía cuando fuera con Cristal y después aún más cuando fuera por Jeff; ya no era lo mismo la mota, ahora sólo me sentía un poco entumecido, pero se iba rápido, todo se iba rápido.

Los gritos y lloriqueos me obligaron a voltear a la entrada del callejón, Lil ya había llegado.

La rubia flaca forcejeaba y lloraba, pero al mismo tiempo gritaba, o al menos lo intentaba, era gracioso, quería hacer tantas cosas que al final no lograba hacer ni una. Cuando los tuve frente a mí, fumé un poco más y la miré con ojos entrecerrados.

-Se resistió, estaba intentando esconderse. Creo que sabía que iríamos por ella. –me informó Lil sosteniéndola fuerte de ambos brazos.

Claro que sabía que iría por ella. Suspiré, si tan sólo fuera un poco más discreta, menos obvia, ni siquiera habría notado que me miraba con más miedo de lo normal, no habría recordado que ella también estaba ahí el día de la fogata, no habría recordado que ella se había quedado ahí, con todos los demás, que había escuchado todo.

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