C.12; "Rasengan"

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— Capítulo 12. - Rasengan. 

— ¡Minato-niisan! —exclamó Hanako detrás de su hermano mayor— ¿Cuándo me enseñarás tu Jutsu especial? 

— Hana-chan... —murmuró Minato rascándose la nuca— Yo tengo que...

— ¡No! —habló enojada— Hace un mes vienes diciéndome lo mismo. Sé que es un jutsu muy peligroso e importante para ti, ¡Pero soy tu hermana! ¿Acaso no confías en mí?

— No es eso, Hana-chan.. —suspiró— Bien, te lo enseñaré mañana por la tarde. Acabo de regresar de una misión y necesito descansar.

La rubia bufó mientras aceptaba a regañadientes. 

( . . . ) 

— ¿De nuevo? —preguntó Akira mirando a Hanako burlonamente. 

— Así es. —bufó— Es increíble que siempre encuentre la oportunidad para escaparse de mí. Mañana dice enseñármelo, quien sabe que excusa ponga para no hacerlo.

— Bueno, quizá por fin te lo enseñe, Hana-chan, no pierdas las esperanzas. —se levantó de la silla en la cual estaba sentada— Debo irme, casi se acerca la hora del entrenamiento con Obito.

— Está bien, yo también me tengo que ir.. Kushina-neesan debe estarme esperando. 

Akira comenzó a correr. — ¡Nos vemos!

Hanako se levantó y suspiró, realmente quería que su hermano le enseñara ese jutsu, era algo curioso para ella ya que era muy poderoso, bien sabía que aún Minato no lo había mejorado, según él faltaba algo para poder hacerlo mucho más letal.

Antes de poder seguir mencionando una palabra en su mente, sintió un enorme dolor en su trasero.

— ¡Oye! ¡Fíjate por donde...! —se interrumpió al fijarse con quien había chocado— K-Kakashi-kun, no sabía que eras tú, lo siento. —se sonrojó—

— No pasa nada. —la miró más detenidamente— ¿Estás bien? Tu cara está roja.

La Namikaze se rió nerviosa, se levantó del suelo mientras se sacudía la ropa. — S-Si, estoy bien, no te preocupes.

— Bien, nos vemos. —siguió de largo con aspecto desinteresado.

— Si.. nos vemos. —susurró. 

Respiró profundamente, odiaba la indiferencia del Hatake, pero debía acostumbrarse, él era así y nadie podía hacerlo cambiar.

Caminó directo a su casa, ya estando preparada para los regaños de la pelirroja. 

Al entrar se llevó la sorpresa de que la casa estaba en silencio.

"Qué raro" pensó.

— ¿Minato-niisan? ¿Kushina-neechan? 

— ¿Qué ocurre, Hanako-chan? —preguntó Minato entrando a la sala.

— ¿Dónde está Kushina-neechan? Es raro no escuchar sus gritos por aquí.

— Oh. —rió levemente— Fue a tomar el té junto a Uchiha Mikoto-san, quiso ver a su hijo, Itachi.

— Menos mal. —se rascó la nuca— Ya presentía sus gritos.

Ambos se rieron.

( . . . )

Ya era el día siguiente, las horas pasaban y aún Minato no le decía nada a su hermana, quien comenzaba a perder las esperanzas de que su hermano le enseñara aquella técnica.

Hanako Namikaze |Kakashi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora