"Ordinario como siempre"
La melena azulada cielo brinco de un lado a otro intentando alcanzar el tiro de la pelota de volleybol.
Era la hora de educación física y como siempre yo esperaba en la banca con alguna excusa que surgiera en mi mente mientras mi mejor amiga se esforzaba por anotar o hacerse presente. Esa era la diferencia de ambas, ella era llamativa o lo provocaba y yo no era una nerd ni nada por el estilo pero me gustaba mantenerme al margen de la popularidad incesaria.
Cuando la campanilla sonó anunciando el termino de aquella clase, me levanté más emocionada que nunca por ingerir algo de alimento, Lidia en cambio soltó un quejido cuando me alcanzó.
– Casi obtengo el pase de no haber sido por el estúpido timbre.
Ruedo los ojos.
– Eso me gritaste desde que comenzó el juego, Lidia.– Le reprocho– Deberías de dejar fluir las cosas, total, si te toca lo hará genial y si no.... bueno seguiras como ahora.
– Vaya, que buena amiga tengo.– Murmura sarcástica.
– Una realista.
– Pesimista querrás decir.
Niego ante su respuesta. La cafetería no cambia a otros días, una larga fila esperando a comprar sus almuerzos por lo que me apresuro a ponerme en la fila, Lidia detrás de mi se sigue quejando y moviendo su cabello de la cara.
Eligió el puré de papa junto a pechuga de pollo y algunas verduras al vapor.
Lidia en cambio toma una rebanada de pizza y una gaseosa.
– No entiendo cómo sigues delgada si comes así.– Le digo cuando nos sentamos y la miro morder la punta de la pizza.
– Es por que yo querida amiga si hago ejercicio.– Presume– En cambio tu, no mueves tu grande trasero de tu sillón de la sala.
– Claro que si.– Me quejo mirándola mal– Solo que me gusta más las artes marciales y correr por un bosque al aire libre. No me va usar mini shorts mientras intento golpear una pelota frente a hombres idiotas que solo asisten para ver cómo se les sube la pequeña prenda que tapa muy a fuerzas el trasero.
Lidia suelta la rebanada de pizza y me mira como si hubiera dicho la cosa más insultante del mundo.
– Demasiado cruel para mis sentimientos.
No contestó en cambios suelto un suspiro y dejo el tenedor sobre la charola.
– Ya, lía.– Le llamo con cariño, ella me ignora por lo que sujeto su mano por la mesa– Lamento ser una persona tan detestable mente fría como dices.
Esta vez obtengo respuesta ganandome la mirada de mi mejor amiga con una pequeña sonrisa.
– Te perdono.– Asiente feliz– Ahora come glotona.
No me molesto para nada su sobrenombre. Como ella siempre que podia me recordaba lo fria que aveces podía hacer esta era la ocasión, cuando un insulto era dirigido a mi persona literalmente se me resbalada como mantequilla, supongo que esa una de las ventajas de no sobrevalorar todo.
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Darkness Days.
Science FictionPor que el humano es cambiante, evoluciona a cada instante. Un segundo puede estar en el suelo derrotado y llorando. Y al siguiente de pie luchado por vencer.