Mcall. « Scott Mcall »

Capítulo 4.

—¿Qué pasa?—preguntó Lydia nada más abrir la puerta.

—Pasa.—ella entró rápidamente, cerré la puerta y camine detrás de ella.

—No sé que narices está pasando pero..—paró de hablar cuando vio a Opel, me miró confundida.—Quiero saberlo ya. ¿Qué hace ella aquí?.

Opel se sonrojó.

—A venido a mi casa hace unos minutos, resulta que ella está teniendo pesadillas con Allison. —expliqué.—Ella nunca conoció ni vió a Allison, Lydia.

Ella llevó sus manos a su rostro y empezó a andar de un lado a otro. Opel estaba cabizbaja, mirando sus manos entrelazadas.

—Necesito asimilar lo que me acabas de decir.—habló al fin Lydia.—¿Me estás diciendo, que una chica que no conocemos absolutamente de nada, tiene pesadillas con Allison?.

—Sí.

—¿Podemos hablar un momento?.—preguntó. Iba a responderla pero ella me agarró de la mano bruscamente dejando sola a Opel.—¿Enserio la crees?.

—Sí, claro.

—No sé que pensar. Esto es demasiado.

Agarre el rostro de Lydia con mis manos y la mire fijamente.

—Sé que esto es mucho que asimilar, que una chica que no conocemos absolutamente de nada, tenga pesadillas y conexión con Allison. No eres la única que a perdido a alguien muy importante , Lydia. He perdido al amor de mi vida.

—Lo sé y me culpó muchísimo por haberte dejado solo, pero fui muy egoísta al pensar solo en mí.

—No, Lydia, te entiendo al igual que quiero que tu me entiendas. Dale un voto de confianza, yo se lo dí. —murmuré. Ella aceptó y me abrazó.

—Lo siento muchísimo.—dijo cuando deshizo el abrazo.

Asentí y volvimos de nuevo con Opel, la cual estaba sentada en el sofá, pensativa. Al vernos, se levantó rápidamente.

—Necesito que me expliques todo.—exigió Lydia.

Ella asintió. — Llevo noches teniendo estás pesadillas, pero solo hoy me atreví a venir hasta tu casa. Siempre se repite lo mismo en esa pesadilla, me despierto en un bosque al lado de una casa abandonada, y al entrar es ella la que está enfrente mía, y pregunta por ti, Scott pero cuando quiero responderla, hay algo que me impide hablar, es como si no tuviera voz. Sé que suena a locura pero por favor , debéis de creerme.

—Te creemos y creeme tú a mi cuando te digo que no suena a locura.—dice Lydia mirándome a los ojos.—Nosotros somos un poco diferentes.

—Intentaremos averiguar por que sueñas con ella. —Opel asiente.

—Será mejor que me vaya, mi hermana estará preocupada por mi.

—¿Necesitas que te lleve? No hay problema.

—No.—me interrumpió Lydia.—La llevaré yo, debo de volver ya a casa.

—Está bien.—asintió Opel. —Hasta mañana Scott.

—Adiós Opel, Lydia.—ellas asintieron y caminaron hacia la puerta, segundos después escuche la puerta cerrándose.

Me deje caer en el sofá, no podía creer nada de lo que estaba pasando, y tan solo de pensar en Allison lo único que quería hacer era llorar y no levantarme de la cama. Pero sabía que no podía estar así, y ella tampoco querría que yo lo estuviera. Necesitaba saber por que Opel sueña con ella.

NARRA LYDIA.

Opel se mantenía callada, cosa que me resultaba algo incómodo pero por suerte faltaba poco para llegar a su casa, quizás dos minutos. La miré un segundo y parecía estar nerviosa.

—Oye, ¿estás bien?.—la pregunté. Ella se alarmó.

—Sí, sí. Solo que todo esto me tiene algo preocupada. No quería hacerle daño a Scott recordándole lo de Allison.

—No te preocupes, hiciste bien en decirlo. De ahora en adelante todo lo que te suceda deberás de contárnoslo.

—Está bien.

Me detuve en frente de su casa, ella se despidió de mi, cuando se levanto del asiento vi que se le había caído el móvil del bolsillo.

—Oye.—la detuve agarrándola de la muñeca.

Abrí mis ojos y miré alrededor, estaba en un bosque. Me levanté del suelo y limpié mi vestido. Cuando me di cuenta, enfrente mia había una casa, al parecer este era el sueño que Opel a estado teniendo estos días.

Me acerque lentamente y con cuidado a aquella casa, me resultaba algo familiar pero no sabía exactamente a qué. Subí las dos escaleras y abrí la puerta cuidadosamente.

— ¿Dónde está Scott? —escuché una voz temblorosa.—Necesitó saber que está bien.

— ¿Quién eres?. —habló Opel esta vez.

— Allison.