Capítulo 10.

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- Necesito saber donde están

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- Necesito saber donde están.- murmuró. Intentó controlarme, pero no puedo, al saber que Lydia y Opel están en peligro me pone realmente furioso.- Voy a coger mi moto, Liam, Stiles, ir detrás con tu Jeep.

Los dos asintieron.- Vamos a por ellas y van a estar bien.- habló Liam.- No os preocupéis.

Pasé el casco de la moto por mi cabeza y arranqué.

Con tan solo pensar que Opel puede estar insegura, me hace pensar en lo mucho que ella me podía llegar a gustar, no sé sabe cuanto quieres o sientes por una persona hasta que estás en estas situación.

Paré mi moto cuando llegamos al sitio donde habíamos escuchado el grito de Lydia. Bajé de mi moto rápidamente, no esperé a que Stiles y Liam salieran del coche, abrí la puerta y ahí estaba Lydia, solo ella.

- Lydia.- corrí hacia ella y toque su rostro.- ¿Estás bien?.

- Sí, lo estoy, a mi no me hizo nada. - dijo mientras la quitaba la cuerda que rodeaba sus muñecas.- Se ha llevado a Opel.

- Lo sé, no está aquí.- respondí.- ¿Quién os hizo esto?.

- Theo.

Stiles me miró , sabia que él estaba pensando que tenía razón, y es verdad, la tiene.

- ¿No dijo nada sobre por qué quería a Opel?.

- Scott, ella también es especial. - respondió Stiles.- Sueña cosas que ninguna persona normal podría.

Estaba desesperado por encontrarla.- ¿Dónde podrá estar?.

NARRA OPEL.

- ¡Scott!.- grité por quinta vez, estaba agotada. Unos pasos se escucharon detrás de una puerta, la cual, segundos después se abrió dejando ver a Theo. - ¿Qué quieres de mi?.

El soltó una carcajada mientras se acercaba a mi. Apoyó sus manos en ambos lados de la silla en la que estaba atada, su rostro estaba a escasos centímetros de mi. - ¿Acaso no lo sabes? Eres especial, Opel, tus sueños, aún no sabes que eres, tu gran poder no sabes como utilizarlo.

- No soy especial, no tengo nada de especial, suéltame.- intenté zafarme del agarre de las cuerdas pero era imposible. Una de sus manos agarro mi barbilla acercándome a el.

- Sé que Scott vendrá a por ti, pero me iré antes de que eso pasé. - dijo soltando mi barbilla y alejándose de mi. - ¿Pero sabes qué? Volverás a mi.

Reí.- ¿Por qué iba a querer volver a ti?.

- Por que yo soy el único que sabe que eres y el único que puede ayudarte. Si quieres encontrarme lo sabré y te ayudaré.

- No necesito tu ayuda.

- Sí, y mucha ayuda. - responde.- La primera prueba que tendrás que superar es deshacerte de la cuerda que te ata a la silla. Es fácil, y más para alguien como tú.

Miré las cuerdas e intenté deshacerme de ella, pero era imposible. Miré a Theo el cual estaba de brazos cruzados y algo serio. - Inténtalo más fuerte. Céntrate en la cuerda, cierra tus ojos y respira. ¿Quieres salir de aquí? Sálvate. - se aleja de mi y abre la puerta.- Volverás. - sonríe y sale de la habitación, dejándome completamente sola y atada.

Joder.

Cerré mis ojos e intenté tranquilizar mi respiración. Quizás Theo tenía razón y podría liberarme de las cuerdas. Aún con mis ojos cerrados, me concentré en la cuerda, en como podría deshacerme de ella. Mi garganta quería gritar, reuní toda la fuerza que pude y me liberé de la cuerda, noté como mis rodillas tocaban el suelo. Cuando abrí los ojos, toda la clase estaba desordenada, los muebles estaban en el suelo, la pizarra estaba rota, y la cuerda en el suelo como si alguien la hubiera cortado. Miré a las pared la cual tenía un gran agujero. ¿Esto lo había echo yo?. Me senté en el suelo, intentando recuperar mi respiración y mi fuerza para poder levantarme.

Cuando me tranquilicé, me levanté del suelo y salí de la clase, por suerte estábamos en el instituto y sabia como ir a casa de Scott. Al salir del instituto, estaba lloviendo con fuerza, empecé a correr hacia la carretera, tuve suerte ya que había un gran atasco y todos los coches estaban parados. De pronto escuché una moto, sonreí al saber de quien se trataba.

- ¡Opel!.- Scott gritó. Detuvo su moto y empezó a correr hacia mi, estábamos frente a frente. - ¿Estás bien?.

- Sí, sí, estoy genial.- respondí.

Scott suspiro aliviado.- Bien. - llevo sus manos a mi rostro y junto sus labios con los míos.(GIF EN MULTIMEDIA)

Estaba a salvo

Mcall. « Scott Mcall »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora