Opel colocó una mano en mi pierna con fuerza mientras estábamos sentados, estaba nerviosa, podía escuchar sus latidos. Llevé una mano a la suya y ella sonrió, le devolví la sonrisa.
— No pasará nada, el sabrá que hacer. — murmuré. Ella asintió de nuevo y empecé a acariciar su mano suavemente, intentado que ella se relajará. Los latidos de su corazón empezaron a ir de nuevo normal cosa que me gustaba.
Deaton entró a la tienda y me sonrió.— Cuanto tiempo.
Me alejé de ella y le abracé, el enseguida respondió mi abrazo y empezó a reír.— Yo también te he echado de menos. — deshice el abrazo y miré a Opel, la cual miraba la escena con una pequeña sonrisa. — Ella es Opel, necesita nuestra ayuda.
— Veré que puedo hacer, entrar y siéntate. — dijo mirando hacia Opel. El empezó a caminar para la consulta y nosotros le seguimos, mientras nuestras manos estaban entrelazadas. — Cuéntame.
Iba a hablar pero Opel se adelantó.— Tengo sueños bastante raros. Sueño con gente muerta, sé que sonará a loca pero lo prometo.— habló con mucha rapidez. Deaton me miro con el ceño fruncido.
— Tranquila, todo está bien.— intentó calmarla.— Continúa.
— Vale.— ella suspiró y volvió a hablar.— Sueño con Allison, con una chica a la que su hermano le arrancó el corazón y la tiró al agua, siento todo lo que ellas sintieron cuando estaban muriendo, y esto me esta volviendo loca. — volví a agarrar su mano, ella me miro y sonreí , para poder tranquilizarla, llevé una mano a su espalda y empecé a acariciarla.
— Es la primera vez que escuchó esto. — dijo Deaton algo confuso.— ¿Sientes algo más?.
Opel dudó varios segundos.— Siento como si algo malo viniera hacia aquí, a por mi.
Fruncí el ceño.— Eso no me lo habías contado.
— Por que es una tontería. — respondió. — Pero cada día lo noto más fuerte.
— Tranquila, estoy seguro de que Scott no consentirá que nada te pase.
— Lo prometo.— apreté mi mano contra la suya.— No dejaré que nada te pase.
— Sé que me protegerás, pero yo no me preocupo por mi, me preocupo por ti, Scott. No quiero que nadie te pase ni a ti ni a ningún de vosotros por mi culpa.
— Estoy aquí para protegerte.— volví a decir.— No te preocupes por mi. Tengo garras y colmillos. — la comisura de sus labios se elevó.
— Iré a buscar información sobre esto y cuando la encuentre volveré a vosotros, tardaré pocos días espero. — dijo Deaton.— Mientras tanto no la dejes sola.
— No lo haré.
Deaton asintió y se despidió de nosotros cuando salimos de allí. Miré a Opel, ella estaba cabizbaja y sus manos estaban juntas. Caminé hacia ella y entrelace una de mis manos con las suyas. Una de mis manos fue hacia su barbilla, levanté su cara y vi que sus ojos estaban cristalizados y entonces una lágrima se escapó. Llevé mi mano hacia su lágrima y la limpié al segundo, ella abrió sus ojos y me volvió a mirar.
— Deberías de asustarte de mi.— susurró.— Creo que traeré solo problemas.
— Creo que debería enseñarte algo, pero solo si me prometes que no te irás.
— Eso debería de habértelo dicho yo cuando te conté todo esto.
— No eres la única con algo especial. — ella frunció el ceño, empecé a caminar hacia un callejón que había cerca de la clínica y miré hacia los lados, asegurándome de que no había nadie cerca. Y lo hice. Abrí mis ojos y le mostré mi verdadero yo, estaba algo avergonzado de que ella me viera de esta forma pero ese sensación desapareció cuando ella colocó una mano en mi rostro y sonrió. Sus dedos empezaron a acariciar mi rostro desde mis ojos hasta mis orejas.
— Pensaba que estaba loca, ahora me haces sentir mucho mejor al saber esto.— dice y suelta una pequeña carcajada.
— ¿Qué piensas?.— pregunté algo inseguro. Ella apartó la mirada de mi rostro, para mirarme en mis ojos.
— Pienso que esto es.. increíble y que. — hizo una pausa, parece que dudó de lo que iba a decir a continuación. — Y qué eres precioso.
Sonreí. Sonreí como un bobo mientra la miraba.
— Entonces pensamos lo mismo.— respondí. — Yo también pienso que eres preciosa.
Una sonrisa apareció en su rostro, llevé mis manos a su cintura y me apoyé en la pared, mientras la miraba. Hoy no la iba a besar, por mucho que quiera. Su latido se aceleró haciéndome sentir bien, haciéndome sentir que la pongo nerviosa.
— Será mejor que vuelva a casa.— rompió ella el silencio.
— ¿No quieres venir a mi casa? Ya sabes lo que dijo Deaton, tengo que mantenerte vigilada.
Ella bajo su cabeza y pude escuchar de nuevo su risa. — Creó que me parece bien lo que el dijo.
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Mcall. « Scott Mcall »
FanfictionDespués de la muerte de Allison, él pensó que nunca volvería a enamorarse, que nunca encontraría el amor de nuevo. ¿Y si de repente una torpe chica llamada Opel se tropieza con él?. ¿Quién es ella?