Después de la muerte de Allison, él pensó que nunca volvería a enamorarse, que nunca encontraría el amor de nuevo.
¿Y si de repente una torpe chica llamada Opel se tropieza con él?.
¿Quién es ella?
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— ¿Pero qué..?.— dice el entrenador cuando entra en la clase que destrocé ayer. Tragué con dificultad. El entrenador empieza a mirar a todos intentando encontrar una respuesta o que alguno de nosotros hablé.— Prefiero no saber nada de lo que a pasado aquí.
Scott cogió mi mano. — ¿Enserio tu hiciste esto?.
Asiento. — No preguntes como por que ni yo lo sé, pero Theo tenía razón.
— Intentaremos encontrar nosotros la respuesta sin tener que buscarle. — asiento.
Estaba preocupada por lo que me pasaría, era la primera vez que me pasaba algo de esto y no sabia que pensar. Theo tenia razón en esto, y en que volvería a pedirle explicación sobre que soy y como hice esto.
— No te sientas culpable por esto, Opel, todos los que somos especiales hemos pasado por esto, pero cuando sepas controlar tus poderes, nada de esto volverá a pasar. — dice Scott al ver mi rostro de confusión. — Pero te pido, no le busques. Yo te ayudaré.
(...)
Aparcó el coche enfrente de mi casa y apoyo mi frente en el volante y cerré mis ojos intentando tranquilizarme.
Eres especial, Opel, tus sueños, aún no sabes que eres, tu gran poder no sabes como utilizarlo. Volverás a mi.
Intentó sacar eso de mi mente y salgo del coche, abro la puerta de mi casa y entró. Dejo mi mochila en mi cama y me tumbo en ella. Dejé esas cosas de lado y empecé a pensar en algo que me hiciera feliz, tan solo de pensar en su nombre una sonrisa tonta apareció en mi rostro. Scott. A pesar de la que lié anoche y de todo lo que destrocé parece no estar asustado de lo que hice, me apoya y quiere ayudarme, si yo fuera el me hubiera alejado. Y si.. ¿Y si le hago daño?. Me incorporó en la cama y miro al espejo. ¿Cómo he podido hacer eso? Destrocé todo lo que había en esa clase.
Mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos, cosa que agradecí.
Acabas de desencadenar tu poder, veremos si puedes controlarlo. Desconocido.
Trago con dificultad y decido apagar el móvil, necesitaba descansar y sacar todo esto de mi cabeza aunque solo fuera unas horas.
NARRA SCOTT.
— ¿Eso lo causó Opel?.— me preguntó Stiles, señalando toda la sala. Asiento preocupado, Stiles vuelve a mirar todo el aula y se sienta en la única silla que quedaba intacta. — ¿Y qué haremos con ella?.
Le miro frunciendo el ceño. — Ayudarla como hemos echo con todos los que están en nuestra manada, Stiles. Ella es parte de nosotros , todos los que tenemos cosas especiales hemos empezado mal, pero ella tiene que aprender como hemos echo todos.
— Pero no sabemos lo que es, ¿cómo vamos a ayudarla a controlar?.— preguntó.
— No lo sé, Stiles, no quiero que se haga daño. — respondí. Apoye mi cuerpo en la pared y suspire. Estaba preocupado, preocupado por que algo la pasará, que la hicieran daño, que la buscarán por ser tan especial.
Stiles se levanta de su silla y deja una de sus manos en mi hombro, dándome apoyo. — No te preocupes, lo solucionaremos como hacemos siempre. Juntos. — dice y sonrió. ¿Qué seria de mi sin Stiles? El me ayudó en tantas cosas que no se como se las podré agradecer, cuando no quedaba nada de esperanza en mi, el siempre seguía insistiendo, el que siempre tiene algún plan para ayudar.
— Como hemos echo siempre. — el sonríe y asiente.
NARRA OPEL.
Volvía a estar en aquel bosque que se me hacía tan familiar, levanté mi cuerpo del suelo y miré la casa que estaba enfrente mía, donde si no me equivoco, se encontraría Allison. Tragué con dificultad y caminé hacia ella. Cuando más me aproximaba a la casa, veía algo diferente en ella, pero no sabía explicar el que.
— Opel.
Me detuve en el momento en el que escuché mi voz en un murmuró, mi piel se estremeció y miré hacia atrás, no había nadie. Volví a coger aire y seguí caminando hacia la casa.
— Tienes un gran poder.
Volví a escuchar aquella voz. Cerré mis ojos e intenté relajarme, tomé el pomo de la puerta en mis manos y abrí la puerta principal. Por dentro todo estaba como antes, hojas húmedas por todo el suelo, y oscuridad.
— Arriba.
Mi piel volvió a estremecerse y una ola de frío sacudió mi cuerpo, me abracé a mi misma. La curiosidad me pudo y subí las escaleras, al fin y al cabo tan solo es un sueño. Lentamente empecé a ver el piso de arriba, había cuatro habitaciones y parecía que todo estaba más limpio aunque la oscuridad seguía aquí.
— Elige una habitación. — la voz se escuchaba cada vez más cerca.— Si aciertas, quizás puedas adivinar algo sobre ti y si no, sorpresa.
Joder, lo que me faltaba.
Miré las cuatro puertas, cada una era de un color diferente, roja, azul, blanca y negra. Me acerqué a cada una de ellas hasta que llegué a la roja, fruncí el ceño cuando vi que de esta puerta salía sangre. Tragué de nuevo y me alejé de ella.
— ¿A caso no tienes curiosidad por saber que hay detrás de esa puerta?. — volvió a hablar aquella voz. — Te daré una pista, dentro de esa puerta se encuentra el futuro, ahora eres tu quien decide si abrirla y descubrir que hay, o despertarte del sueño. Quizás lo que hay dentro te sirva a ti.— hizo una pausa. — O para salvar a alguien que quieres.
Eso último me hizo aceptar abrir al puerta. Tome el pomo con mis manos y la abrí. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi un cuerpo en el suelo, sangre alrededor. Me acerqué a pasos lentos hacía el.
