Capítulo 9.

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 — Lo siento, no quería hacerte daño.— se disculpó Theo.— Aún no controlo.. este tema. 

Stiles asintió.— ¿Desde cuándo eres hombre lobo?.

— Desde hace pocos meses, aún no me acostumbro.— respondió cabizbajo.

— No te preocupes, con esfuerzo lo conseguirás.— hablé. Theo esbozo una pequeña sonrisa. 

— He oído hablar de ti, Scott, el verdadero alfa, mi familia y yo queríamos volver a Beacon hills por diferentes motivos; mis padres, por que querían alejarse de la ciudad de donde estábamos viviendo, mi hermana para volver a estar con sus amigas,  y yo, para estar en tu manada.

— ¿Puedo hablar contigo un momento, Scott?.— asentí.— A solas. — dijo mirando a Theo, el asintió y salió de la oficina del padre de Stiles. — Es un rotundamente no, apenas le conocemos a aparecido de la nada. 

— Stiles, su familia a muerto en un incendio, no tiene a nadie más. — intenté convencerlo, pero en parte tenía razón, apenas le conocíamos.— Pero tienes razón, aún no quiero que esté en nuestra manada, le daremos varias semanas de prueba. 

— ¿Sabes qué voy  a investigar sobre él, verdad?.

— Sí, y quiero que lo hagas, quiero saber todo. — el asintió. — Tenemos dos problemas, Stiles.

— Lo sé. — hizo una pausa para sentarse en la silla en la que anteriormente se encontraba Theo.— Liam y Theo. 

(...)

Tan solo quedaban quince minutos para que el partido comenzará, Stiles y yo estábamos más que preparados y Liam, bueno el estaba bien. 

  —  ¿Todo bien?.— preguntó Stiles. Liam asintió. — Bien. Sabes que en el momento en el que te empieces a encontrar mal, tan solo avisa al que esté más cerca de ti y te sacaremos de aquí.—  Liam volvió a asentir.

— Espero que está noche no seáis de nuevo unos espantosos jugadores. — habló el entrenador cuando entró a los vestuarios.— ¡Quiero que salgáis al campo y les pateéis el culo a esos grandullones!. Y suerte, por que la vais a necesitar para ganar, por que como no ganéis os macharé con mis pequeñas manos.

Todos asentimos y el volvió a salir hacia el campo.

  — Nosotros podemos. — murmuré. — Confío en ti Liam. — el asintió y sonrió. 

— ¡He dicho que mováis el culo!.— volvió a decir el entrenador. ¿Cuándo a entrado?.— Sí, Scott, cuando menos te lo esperes estaré. — dijo y hizo una señal de que me estaría vigilando.

— ¿Por qué nos a tocado un entrenador tan raro?.— preguntó Liam. Stiles negó con la cabeza, nadie sabia la respuesta. 

 

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Me senté sola en las gradas esperando a que Scott y los demás salieran al campo, era la primera vez que venía a un partido de Lacrosse y la primera vez que un chico me invitaba a verle. Sonreí y me sonrojé. Sin duda Scott me estaba empezando a gustar mucho.

— Hola, Opel. — dijo Lydia sentándose a mi lado. — ¿Vienes a ver a Scott, verdad?.

— Sí. — sonreí. — El me invitó.  

Ella no respondió solo se quedo mirando al campo, esperando al igual que todos, a que los chicos salieran. 

— Ya salen.— susurró Lydia y sonreí. 

Scott salía de los primeros levantando su stick y corriendo hacia el campo. Sonreí cuando el me miró y me guiño un ojo. El juego comenzó. 

— Perdona, ¿eres Opel?.— preguntó un chico moreno con ojos azules. — Soy Theo, amigo de Scott. 

— Oh, hola.— sonreí. 

— ¿Te importaría venir conmigo? Scott me pidió que te enseñará una cosa que a descubierto sobre tus sueños. 

Miré hacia Lydia, ella miraba a Theo confundida.— ¿Eres amigo de Scott?. — preguntó. 

— Sí, estoy intentando estar en vuestra manada, he llegado hace poco. 

— Está bien, iré con vosotros.— habló Lydia. 

Theo empezó a sonreír.— Bien, seguirme. — dijo. Bajamos de las gradas, el caminaba rápido delante nuestra.

Lydia cogió mi mano fuerte.— No te separes de mi, no le conozco de nada y dudó que Scott o Stiles le conozcan. 

— ¿Y qué hacemos yéndonos con el?.— pregunté algo asustada.

— Quiero saber que quieren y si tienen algo de información sobre lo que te sucede, quizás es arriesgarnos pero no nos hará daño.  

— ¿Cómo sabes qué no nos hará daño?. 

— Por que somos especiales, cariño.— dijo como si fuera obvio.— Scott nos ayudará, no tardará en darse cuenta de que no estamos. 

Theo se giro aún con una sonrisa en su rostro.— Entrar en el coche, tenemos que ir a casa de Scott el vendrá luego para estar con nosotros. 

Miré a Lydia y ella asintió. Tragué con dificultad y me metí en el coche. 

 — ¡Buen partido, MCcall!

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 — ¡Buen partido, MCcall!. — dijo el entrenador cuando finalizó el partido, camino hacia mi y me abrazó.— Os dije que el es como mi hijo, os lo dije.  

Sonreí orgulloso de mi mismo. — Liam sabia que podía confiar en ti.

  — Gracias. — asentí. 

Espero que Opel haya visto todo el partido, sin duda creo que a sido de los mejores que he echo en toda mi vida, tengo tanta felicidad ahora mismo que iría hacia donde ella esté y la besaría por minutos. 

— ¿Y por qué no lo haces?.— me preguntó Liam, le miré confundido.— Tu corazón siempre se acelera cuando piensas o hablas de Opel, y seguro que estás pensando en estar con ella ahora, solo pregunto que por qué no vas con ella. 

El tenía razón, no debía pensar tanto cuando lo único que quiero hacer es besarla y abrazarla. Tiré el casco al suelo y corrí hacia las gradas. Busqué con mi mirada pero no la encontraba, fruncí el ceño. ¿Dónde se había metido? Sabia que había venido, la vi antes. 

Y entonces lo escuché. 

— ¡Scott!.— escuché un grito de Liam mientras corría hacia mi.— ¿Tú también lo has escuchado, no?.

— Lydia.  

Mcall. « Scott Mcall »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora