~Capítulo 10: malas juntas~

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Era una voz de mujer y cuando me di media vuelta era Carla quien me reconoció y corrió para alcanzarme.
C: Holaa, ¿que andas haciendo por aquí niña?
- pues vine a ver las aulas que me tocarán, mañana comienzo las clases- dije sonriendo.
C: y... ¿el quién es?- señaló al chico que acababa de conocer.
- ah, ¿el? Es Thomas, acabó de conocerlo.
T: Hola, un gusto.
C: Hola. ¿Oye puedo hablar contigo?
- claro. Adiós, No vemos thomas.
T: Chau linda.

Agarro mi muñeca y me llevó a un rincón del pasillo donde no había nadie y esperó a que Thomas se fuera para comenzar a hablar.

C: creo que no deberías juntarte con ese chico, Valentina.
- ¿qué? ¿porque?
C: el tiene una mala reputación de mujeriego y de andar en cosas muy malas... Y no querrás averiguar que clase de cosas son, te lo aseguro.
- a mi me parece un chico lindo y encantador... ¿viste sus ojos verdes? Son de en sueño.
C: una cara bonita como la suya no debería darte demasiada confianza... Prometeme que no irás con el a ningún lugar.
- pero...
C: Valentina, Sólo lo digo por tu bien ¿si? Prometelo...
- esta bien.
C: bien, ahora... ¿Vas a quedarte? Es hora de el almuerzo, ¿quieres ir conmigo a mi lugar favorito?
- claro que si! Muero de hambre.

Salimos de la Universidad y caminamos para la parte posterior de la misma para llegar a la calle donde estaba ese lugar para almorzar, cuando pasamos por la calle más desierta de la Universidad logré ver a Thomas con un grupo de chicos pero no logre ver bien lo que hacían... Uno de los chicos que estaba haciendo de guardia me vio como yo observaba aquéllo y cuando me percaté de la mirada de el me asusté y corrí mi vista hacia el piso y seguí adelante.

C: nunca mires para ese lado Valentina, podría costarte caro...
- si ya me di cuenta.

Llegamos a un local de comidas un poco alejado, como a 6 cuadras de donde veníamos, Era un lugar tranquilo pero olía delicioso. Pedimos el plato del día y esperamos. Luego de unos minutos nos trajeron carne asada con arroz.
Era increíble, totalmente valió la pena ir hasta allí, luego de un rato vi que llegaron Thomas con sus amigos y el de la mirada penetrante me señaló para luego Thomas mirarme y hablar con el, este tipo sólo fruncio el seño y asintió con la cabeza y posteriormente se fueron... Mi corazón estaba alterado de tan sólo ver si rostro afuera de donde eatabamos nosotras.

- Carla... CARLA!
C: ¿que te pasa?
- Carla creo que los chicos vinieron por mi hace un momento... Pero Thomas hizo que se fueran...
C: ¿que?- se giró hacia la ventana y no había nada pero vio mi rostro pálido y suspiró- no vuelvas a mirar allí cuando pases, ya les paso a muchos chicos que vieron eso y no volvieron a aparecer por la Universidad, muchos se fueron de el país y otros no se los vio más.
- sabes... Diciéndome eso no me ayudas- la miré un poco preocupada.
C: ya... Si Thomas se lo llevó fue por que no quería hacerte nada... Y eso es raro. Pero ya, olvida eso y termina de comer así puedas ir a tu casa.

Yo asenti y seguimos comiendo hasta que ya no pudimos más y en el caso de ella, hasta que ya no tenía más en su plato.
Cuando volvimos a la entrada de la Universidad yo me despedí de ella y me fui, cuando llegue a mi departamento traté de calmarme y olvidar lo que hacemos pasado más temprano.
Esperé a que fuera el horario de salida de Carla, ella dijo que vendría para salir a comprar las cosas que necesito para mis clases como libros y demás.

Ella llegó y nos fuimos al instante. Caminamos por las calles viendo vidrieras de ropa, pero Carla me alejó de allí porque sabe muy bien que tengo una adicción con las tiendas de ropa y soy capaz de gastarme todo en ello. Cuando fuimos a una librería empecé a buscar libros relacionados con mi carrera, no nos pidieron libros ni nada pero yo quería tener una ayuda extra y que mejor que la de un libro, compré 2, uno de manejo de empresas y otro de finanzas, ya cuando estaba feliz con mi compra decidimos pasar a ver a Martín así saludarlo.
Cuando llegamos el estaba saliendo de trabajar y lo vimos dirigirse hacia una chica, no la vimos bien pero parecía bonita, el sonreía demasiado así que decidimos irnos y dejarlos solos; tomamos un taxi hasta mi casa e invité a Carla a dormir en casa como en los viejos tiempos.

Antes de entrar fuimos a comprar comida ya que estábamos cansadas para cocinar algo y compramos comida china, volvimos y cenamos muy a gusto hasta que suena el timbre de mi casa.
Entre las dos nos miramos unos segundos preguntandonos si habíamos llamado a alguien pero no, ninguna lo había hecho.
Nos levantamos y fuimos a la puerta, vi por la mirilla de esta y no podía creer quien era... ¿Como había conseguido mi dirección?

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora