Capítulo 6: ¿Desde cuándo tengo novio?

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P.O.V JAMES

~La noche anterior~

─ ¿Qué mierda ha pasado ahí dentro, tío? -me reclamaba enfadado mi mejor amigo. Sí, tenía razón, me había pasado tres pueblos con Lou, pero, ¿yo que sabía?

─ Entiéndeme, llevamos todo el día así, yo le pico y ella me pica -expliqué-. Yo no sabía que realmente era eso lo que pasó, era una simple broma. En mi cabeza, al final todos nos reímos por mi gracioso comentario, y no lo que ha pasado.

─ Mira tío, mejor dejamos el temita, porque si no te juro que te digo de todo. -No entiendo la razón de porque todos están así conmigo. Creo que hasta ella sabe que no lo hice a propósito. Además, sé que lo que yo piense, desde hace tiempo, a ella no le importa.

~Mañana siguiente~

Era el día de navidad, y como tal, había que celebrarlo por todo lo alto.

Pasamos todo el día esquiando y nos presentaron a nuestro profesor de esquí. El chaval era bastante majo y así hablando comentó que se celebraba una fiesta a pocos kilómetros de donde estábamos alojados y nos dijo que estábamos todos invitados.

Lou no me había dirigido la palabra en toda la mañana. Tampoco esperaba que lo hiciera, pero ni un "gracias" cuando le he pasado la sal, si que es verdad que por la expresión de su rostro parecía tener ganas de ser a mi a quien tirarle la sal y no echarla en el plato.

Pero sin duda, lo que más me ha mosqueado ha sido que con los demás, se comportaba como toda una señorita educada y más simpática que nunca, incluso con Alex, ¿qué persona trata bien a Alex?, siempre ha sido el objeto de la pelea, y se sentía bien siéndolo.

Decidí ponerme unos jeans ajustados, mis converse favoritas, una camiseta blanca de manga corta básica, y encima una americana negra, prenda de ropa que yo sacaba de lo formal al ponérmela con las converse y eso era lo que más me gustaba. Me miré al espejo, y me gustó lo que vi. No soy vanidoso, y mucho menos egocéntrico, pero me gusta que mis horas de gimnasio se noten, y la verdad, se notaban bastante, pero eso no era lo único que destacaba de mí, si no mis ojos verdes, gracias abuela, te agradeceré el tener estos ojos hasta el día en que me muera.

─ ¡James! -exclamó mi amigo desde la sala. Seguro que yo era el único que faltaba... El pelinegro, siempre me decía que tardaba lo mismo que una mujer en prepararme. Para qué negarlo, sé que tiene toda la razón del mundo.

Salí de la habitación, buscando a mi amigo con la mirada, y a pesar de no encontrarlo, encontré a alguien mucho más interesante; llevaba un vestido palabra de honor, azul oscuro, ajustado hasta la cintura, que caía en cascada hasta medio muslo. Que piernas... Me imaginaba esas largas piernas, enredadas en mi cadera, y esos labios rojos pasión besando los míos...

- James -me despertó Will de mis pensamientos, ¿desde cuándo pensaba así de Lou? -Te estaba preguntando que si lo llevas todo -dijo mi amigo, con una sonrisa burlona. Mierda, me había pillado mirando a Lou.

- Sí, todo. -asentí, después de comprobar que llevaba el móvil, la cartera y las llaves.

Alex, Nil, Natalia, Clara y Matt, se fueron en el coche de este último, mientras que Esty, Will, Lou y yo cogimos un taxi.

El local estaba abarrotado. La gente bebía, bailaba y, como se cansaban, volvían a beber.

- Ey -llamé al barman-. Ronda de chupitos para mi amigo y para mí, por favor. -Cuando Will y yo hacíamos algo lo hacíamos a lo grande y para un día que bebíamos pues beberíamos a lo grande.

- ¿Os vais a beber eso?, ¿Acabáis de llegar y ya os estáis emborrachando? -preguntó Lou.

- Mira quién se ha dignado a hablarme. -repuse indignado, dirigiéndome a Lou- ¿Me vas a prohibir que me emborrache? -negó con la cabeza, con una expresión de "pues claro que no" en la cara- Además, tú no eres capaz ni a beberte dos sin tirar la toalla...

- ¿Apostamos? -Mierda, había despertado a la fiera.

No recordaba que Lou era de esas personas que cuando les dices que no, te demuestran que sí, solo para demostrarte lo contrario.

- Era una broma -rectifiqué-, sé que puedes hacerlo. -Ignoró mis palabras, y fue a pedirle al barman tres chupitos de tequila, idénticos a los nuestros.

- ¿Bueno par de gallinas, empezamos? -preguntó Lou. No quería que bebiera, pillaría la mayor borrachera de su vida, y no quería que nadie se aprovechara de su estado, porque para serme sincero, y siendo egoísta, no quería que nadie que no fuera yo le tocara ni un pelo.

- Empezamos -exclamé-, si bebo más que tú, me debes un baile, ¿hecho? -indiqué extendiendo mi mano para cerrar el pacto. Sin pensárselo ni un segundo más, estrechó mi mano de vuelta.

Y así, comenzamos a beber.

El tequila, quemaba al bajar por mi garganta, y no era al único que le pasaba porque Will y Lou tenían la misma cara que yo.

Llevábamos cuatro tequilas en el cuerpo, y el alcohol me empezaba a hacer efecto.

Vi cómo se acercaba un tío a la barra, más concretamente a la parte de la barra que tenía al lado, donde se encontraba la morena.

- Hola guapa -saludó a Lou-, ¿bailas? -le preguntó el rubio, tenía los ojos claros pero no podía distinguir el color por la lejanía y la oscuridad del local.

- Está con nosotros-comenté mosqueado.

- ¿Acaso eres su novio? -preguntó burlándose.

- Sí -asentí-, ¿algún problema con eso? -pregunté, sintiendo la mirada de Lou y de Will encima de mí.

- ¿Es eso verdad? -le preguntó a Lou.

- ¿No le has escuchado? -respondió. Ella y su manía de responder a una pregunta con otra. Me giré de nuevo hacia el rubio, y le sonreí triunfante.

- ¿Bailamos? -pregunté con una sonrisa ladeada girándome para encarar a Lou. Ella asintió.

Una vez nos habíamos alejado lo suficiente como para que el rubio no nos escuchara, nos colamos entre la multitud, y a consecuencia, ganarnos codazos, empujones y demás, nos pusimos a bailar.

- ¿Desde cuándo tengo novio? -preguntó con una sonrisa coqueta, entrelazando sus brazos por detrás de mí cuello.

- Desde que me debías un baile y no te ibas a ir con el sin cumplir con tu promesa -respondí posando mis manos en su cintura.

Llevábamos bailando sobre unos cinco minutos y descubrí que la ojiazul se sabía mover muy bien, demasiado bien para mi gusto. Seguimos así, hasta que no pude más, llevaba diez mitos bailando pegada a mí y podría ser todo lo insoportable que quisiera, pero yo era un tío y ella estaba muy buena así que, la cogí de la nuca, y la besé con prisas. Ella me siguió el beso, con la misma intensidad; poco después, nos separamos con la respiración agitada.

Pedimos un taxi y en menos de diez minutos ya estaba intentando abrir la puerta con Lou besándome el cuello (razón por la que tardé una eternidad en abrir la maldita puerta). Una vez dentro de mi habitación empujé a Lou para que cayera en la cama, y todo lo demás era muy confuso como para recordarlo.

~Mañana siguiente~

Abrí los ojos aturdido al escuchar mi nombre. Delante mío tenía unos preciosos ojos azules bastante sorprendidos.

Espera un momento, ¿qué hacían esos ojos azules en mi cama y... -miré bajo las sábanas- desnudos?

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Primero que nada daros las gracias, 800 LEÍDAAS *-* Sé que son poquitas pero para mí significa muchísimo y ya ni hablar de los 75 votos...

Quiero dedicarle este capítulo a @lykos20 porque comentó todos los capítulos, y le estoy muy agradecida por eso<3

Gracias por leer<3

Don't forget me/No me olvides [VERSIÓN DEFINITIVA EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora