Capítulo 14: Me gustas tú idiota.

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(James)

- No, me niego a que esquíes a estas horas, ya tendrás tiempo mañana.

Después de encontrarme a mi hermano en el salón, como casi todos los días nos fuimos a esquiar. Era casi la hora de irnos, y hoy, Lou había conseguido subir por una pista negra. Quería volver a subir aunque la pierna, de una caída leve, la estaba matando. Me negaba a dejarla seguir esquiando, estando cansada y anocheciendo.

- Si no subo ahora, mañana se me olvidará todo.

- Te puedes hacer daño.

- Eres un aguafiestas, déjame. -Me dijo irritada.

- Como te pase algo no pienso ir a buscarte, un problema menos. -Le escupí enfadado, pero me ignoró. Vi como esa cabezota se dirigía al telesilla.

Fui hasta el bar/cafetería donde se encontraban los demás, no sin antes dejar en los soportes los palos y los esquís.

- ¿Y Lou? -Preguntó mi hermano.

- Ha vuelto a subir. -Dije derrotado.

- Menudo caso te hace tu novia. -Comentó burlonamente.

- ¿De qué hablabais? -Pregunté a los demás, ignorando a mi hermano.

***

Llevábamos cuarenta minutos esperando a Lou. La pista estaba lejos, y había que coger dos telesillas para llegar. Pero Lou era rápida bajando y ya debería estar abajo. Les había dicho a los demás varias veces que era raro que no hubiera llegado ya, pero decían que era normal, que era difícil y que iría parando a ratos; yo había esquiado con ella y sé que prefería no parar. Me estaba empezando a preocupar.

- Voy a buscar a Lou. -Anuncié interrumpiendo la animada conversación que mantenían mis amigos.

- No, ya voy yo, si se ha hecho daño será mejor que esté yo allí, no tú. -Dijo mi hermano.

Lucas era pediatra. A los dos desde pequeños nos gustó la medicina; solo que yo me quedé con la parte divertida de ella y me hice psicólogo, y él prefirió ligar con las madres de los niños que iban a su consulta.

- Yo soy su novio y el imbécil que la dejó subir allí, yo me encargo. -Dije.

- Deja que vaya él, no nos juguemos más la vida de Lou, te estas tomando esto de la novia muy a pecho, no es el momento. -Me dijo Will apartándome un momento del grupo. Ignoré su comentario y me comencé a abrochar las botas. -James. -Me lanzó una mirada reprochandome el acto de seguir pensando en ir yo mismo a salvarla. Me puse los esquís, cogí los palos y me encaminé al telesilla. Sí, yo también era muy cabezota.

Una vez en el telesilla miraba de un lado a otro con la esperanza de ver a Lou, pero no había suerte, aún estaba muy abajo.

Al bajar el segundo telesilla, me encontraba en una zona que solo había podido observar una vez. Menos mal que había sido hacía unas dos horas, y aun recordaba el camino hacia la pista en la que Lou debía estar.

Salí de la pista y me quité los esquís para poder andar por la nieve, y no deslizarme cuesta abajo.

Escuché un débil y un lejano grito. Anduve en la dirección en la que me pareció que se encontraba la voz.

- AYUDA. -Volví a oír, pero esta vez mucho más cerca.

Y ahí la tenía, llorando a moco tendido y tirada en el suelo. No sé por qué esa escena hizo que algo en mí reaccionara y se me creara un gran nudo en la garganta.

- Como sigas llorando, te juro que me tiro por esa cuesta sin esquís de lo mal que me siento. -Dije señalando la gran pendiente de la pista negra.

Don't forget me/No me olvides [VERSIÓN DEFINITIVA EN AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora