Amor acosador [Jin (BTS) y Tu]

La llamada

Caminaba por la playa. La brisa fresca y ese olor característico a mar. Era algo relajante.

No recordaba exactamente como había llegado a la playa.

- ¿Qué hago aquí? -me pregunté, me pare y comencé a ver hacia todas direcciones-.

- ¿Jin? -¿acaso estaba el conmigo en esta playa?

No había rastros de Jin ni de nadie.

Parecía estar sola en esta playa. Podía sentir la arena en mis pies, estaba descalza, llevaba un short corto y una playera de tela blanca y delgada que me quedaba holgada.

Busque en mi bolso trasero, no traía ni mi celular ni dinero.

- Entiendo. No me asustaré, y caminaré hasta llegar a cualquier lugar donde haya Internet o teléfono. Tranquila, no pasa nada.

- ¡Ey! -una voz masculina- tu, chica misteriosa.

- ¿Yo? -me apunté con el dedo a mi misma, ya que no había otra chica a mi alrededor, al menos no cerca-.

- Si tu, bella criatura, eres parte de mi destino.

- ¿Quién eres? ¿de dónde vienen esa voz? -contesté, no veía a nadie-.

-  A tu lado izquierdo.

A mi lado izquierdo estaba el mar.

- Pero sólo hay mar a mi lado izquierdo -fijé ahora mi mirada al mar. Asustada pero curiosa-.

- Exactamente.

De pronto, la figura de un hombre comenzó a salir de este, estaba oscuro y sólo la luz de la Luna iluminaba. La silueta de un hombre, con el cabello alborotado, con algo brillando en su pecho.

El hombre salió totalmente caminando hacia mi dirección.

Entrecerré mis ojos.

- ¿Gong Yoo? -acaso era el. ¿Cómo podría estar pasando esto?-.

Era el y tenía esa emblemática espada de su último drama atravesando su pecho, de ella salía un resplandor azul.

- No, no soy Gong Yoo, mi nombre es Kim Shin.

- Si, como en el drama.

- No es un drama, es real -se acercó más a mi y tomó mi mano-.

- Lo siento, creo que los mariscos que comí en la cena estaban malos y me he intoxicado.

- Esto es real -continuó diciendo, alzó su mano derecha y tocó mi mejilla - ahora, eh encontrado a la novia del duende, mi novia.

- No, no, no -tartamudee- lo siento, eres muy guapo, pero tengo novio.

- Novio, no claro que no, te he investigado y no tienes novio.

Acercó su rostro al mío, para eso se tuvo que agachar. Noté que estaba totalmente seco. Vestido con sus usuales atuendos caros, de marca, por Dios, este hombre olía a dinero.

- Por Dios, tu outfit cuesta más que la casa donde vivo -se me salió decir- y esos zapatos, por Zeus, puede que sea la calidad tan grande como para que no se arruinen con el agua de mar. Espera, ¿cómo es que estas seco?

- Si vienes conmigo te llevaré a vivir a mi casa, es enorme y hermosa. Te puedo dar todo lo que quieras si vienes conmigo.

La oferta era tentadora. Este hombre podía ir a cualquier lugar sólo pasando puertas. Adiós odiosos trámites de visa.