Los dedos de Donghae se aprietan en mi mano cuando una de las máquinas más ladronas del mundo aparece en nuestro campo de visión al mismo tiempo. Deja de comer su helado y levanta la cabeza para mirarme con un puchero bastante pronunciado.
—Hyukkie...—pone esos ojos de cachorro que ni siendo de esos soldados que cuidan a la reina en Inglaterra podría resisitirme.
Esa mañana, como al parecer se le había hecho costumbre, la señora Lee había interferido con mi horario y actividades para que yo pudiera llevar a una cita que según ella, Donghae llevaba mucho tiempo deseando pero al final resultar un plan maligno cuando Donghae me llenó el rostro de besos con las mejillas sonrojadas diciéndome que no tenía ni idea de lo mucho que yo quería salir con él.
No era totalmente una mentira pero manipuló la mente de ambos perfectamente.
Y tampoco me quejo porque hasta ese momento, en que yo me encuentro metiendo un par de monedad a la máquina nos ha estado yendo bastante bien.
Sobretodo por el hecho de que Donghae se vistió de niña.
La parte mala es que no puedo besarlo ni tocarlo más de la cuenta porque eso saldría en los periódicos y mi reputación iba a caer, y sería cuestión de tiempo para que yo esté tras las rejas.
Soy coreano, sí, pero eso no quita el hecho de que odie con toda mi alma las putas leyes y a las personas que se encargan de hacerlas.
Muevo las palancas tratando de atrapar el peluche de Dory que me mira con aquellos enormes ojos y que siento que me reta con ellos. Le voy a ganar a ese maldito pez.
La pinza logra cogerla. La arrastro hasta el hueco y la suelto. Levanto mi puño en una muestra de victoria y sonrío de lado.
—¿Ves? Nadie puede contra el magnífico Hy...—lo siguiente que siento son sus labios presionando mi mejilla.
—Gracias, Hyukkie —susurra dulcemente en mi oreja.
Se separa de mí y coge el peluche entre sus brazos, estrujándolo con fuerza entre ellos con cuidado de no dejar caer su helado.
Toco mi pecho y siento mi corazón martillear con una velocidad magnífica, como nunca había sentido.
Carraspeo un poco tratando de disimular y guardo las manos en mis bolsillos.
—¿Quieres comer algo? —pregunto divisando a un par de metros el patio de comidas.
Mi estómago ruge en respuesta a la pregunta que le hice a Donghae.
—¡Hamburguesa! —exclama dando un pequeño salto. Se termina de comer el helado con tanta rapidez que lo veo apretar los ojos con fuerza y morderse el labio fuertemente.
—¿Se te congeló el cerebro?
Asiente efusivamente. Río divertido y cojo su mano cuando noto que ya se ha comido absolutamente todo.
—Tu madre se enojará conmigo por dejar que comas tantos dulces —suspiro llegando al lugar en donde hay muchos puestos de comida.
—Si no le decimos no pasará nada —me guiña un ojo.
—¿Desde cuándo eres un sinvergüenza? —busco una mesa que está un tanto alejada del resto y me siento.
—Las malas costumbres se pegan —sonrío de lado. Pongo mis brazos en la mesa para inclinarme más cerca suyo cuando se sienta.
—¿Entonces tendrás más sexo conmigo? —se ruboriza, abre y cierra la boca, deja el peluche a un lado y me apunta con su dedo.
—Eres un pervertido.
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❝Hyukkie❞ 「EunHae」
FanficEl sexo. Nos enseñan sobre este tema desde la preparatoria, sin embargo nunca nos dicen como se debe hacerlo, con quien o lo que es válido. Siempre nos fijamos en estúpidos estereotipos que lo vuelven aburrido. Es por eso que creo existo yo, Lee Hy...