(FRAGMENTO)
Desde que había regresado a Graham Manor, ya como un adulto, Terry nunca se había entrevistado con su madrastra como lo hizo aquella mañana. Usaba sólo unos pantalones gris oscuro y estaba en mangas de camisa, con la prenda descuidadamente colocada como si apenas hubiera tenido tiempo de meterla en el pantalón. Pero, sobre todo, se le había puesto el ánimo nefasto cuando se atrevieron a interrumpirlo en su primer despertar junto a su esposa.
- ¿Qué quiere, señora? - preguntó Terry sin saludarla siquiera, reuniéndose con la duquesa en la salita contigua a su habitación. Odiaba dejar a Candy, aunque fuera por un momento, y sobre todo la forma en que la había dejado - Espero que no se trate otra vez de alguna de sus tonterías.
Sophia de Grandchester tenía la boca crispada, a medias entre la rabia y el miedo. Sin embargo, aún así no podía deshacerse de su naturaleza entrometida.
- ¿Qué fue lo que pasó aquí anoche, Terrence?
- Me casé - contestó él, escueto. Luego insistió - ¿Qué es lo que quiere?
La duquesa abrió mucho los ojos, sorprendida por la noticia. Luego arqueó las cejas, pensando que ese era un tema que debería dejar para más tarde.
- Terrence, Blaire se fugó anoche - sollozó la señora, con un dejo de desesperación.
Fue el turno de sorprenderse de él.
- ¿Con Wharton?
Ella asintió, débilmente.
- Blaire y yo tuvimos una gran pelea ayer - explicó - Le advertí sobre la investigación que estaban haciendo desde el Parlamento; esas patrañas en las que Sir Bradley está tratando de involucrar a mi pobre hermano...
- No son ningunas patrañas - intervino Terry, irritado - Y su hermano sí que está involucrado. Es más, me atrevo a decir que es uno de los cabecillas de la operación...
- ¡Tonterías! - la voz de la duquesa se quebró - Anoche... anoche fueron a arrestarlo como si se tratara de cualquier hijo de vecino. ¡Es un conde! Y se atrevieron a enviarlo a la Torre de Londres - la señora sollozó una vez más - Van a juzgarlo.
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Quedate Conmigo
FanfictionEl miraba su espalda " Se fue sin mirar atrás ni una sola vez... Ni una sola vez..." y ella tembló, "¿Para qué vine a Nueva York? ¿Para ésto?... ¿Para qué?" Porque ellos, y nadie más, habían decidido : ella se había ido sin mirar atrás y él no habí...