06. El Misterioso Celeborn

193 19 3
                                    

Regresó de golpe a la realidad, la pelirroja seguía escribiendo rápidamente en su teléfono, no sabía si estaba conversando con Theodore, jugando o agregando más cosas a su agenda, pero estaba completamente ajena a todo su alrededor, lo cual no era normal, ni mucho menos algo que le agradara, no sabía que tanto podía cambiar la paternidad/maternidad a alguien, no tenía hijos y no estaba del todo seguro quererlos, si no había deseado que naciera el que hubiese podido tener con la mujer que amaba, dudaba que realmente quisiera uno con otra mujer; observó a los niños correr de un lado a otro, siendo ignorados por la pelirroja.

—Dime que no ignoras a tu hijo de la misma manera por estar haciendo cosas con tu celular.

—No tengo que decirte nada, ya dejé claro que no te importa nada que tenga que ver con mi hijo, así que...

—Tú jamás ignorabas a los niños, siempre jugabas con ellos, siempre creí que serías una excelente madre.

—Te daré una satisfacción Draco –se giró hasta él –hay un antes y un después de ti en mi vida, no soy la misma persona, el poco amor que me dejaste, lo he repartido, en su mayoría en mi hijo, no tengo cariño ni tiempo para otros ajenos, que sus padres se preocupen por ellos, yo tengo un hijo encantador que me hace sentir orgullosa cada día.

—Lamento haber arruinado tu vida, la mejor parte de ti se esfumó, posiblemente estoy aferrado a lo que recuerdo de ti, porque lo que eres ahora, esta broma de asistente personal, puedo jurarte que...

—No me importa lo que pienses de mí, Draco ¿está claro?

—Eso es lo que quieres, sólo ser jefe y empleada, bien –bufó –ten esto –se quitó el saco y se lo dio de mala manera.

Ginny puso los ojos en blanco y se dedicó a hacer lo que estaba haciendo, olvidándose de nuevo que estaba en ese lugar con Draco Malfoy, lo único que quería era volver a su vida, que Harry y Astoria volvieran, recuperar su tranquilidad, olvidarse de que él había vuelto, poder dedicarse a su hijo y a su guapo, encantador y adorable prometido.

Saltó asustada cuando Draco quedó frente a ella, su frente estaba sudada, su rostro normalmente pálido, estaba rojo, su respiración era agitada y sus ojos grises estaban en un modo éxtasis.

—La encontré –murmuró agitado.

— ¿De qué hablas? –le observó sorprendida.

—Corre –contestó.

— ¿Qué?

—Corre.

— ¿Por qué?

—Por qué quieren matarte.

—Pero... De qué hablas.

—Saben que eres mi debilidad, si tú mueres, yo lo haré, si tú me dejas, mi vida se derrumbará, es fácil, no puedo vivir sin ti.

— ¿Te has vuelto loco? –Él negó –te drogaste.

— ¡Encontré el corazón del Rey Dragón! –Gritó uno de los niños –es como él lo dijo, hermoso y muy rojo –Ginny frunció el ceño.

—Deberían ir a jugar a otro lado niños –los observó –su Rey Dragón tiene cosas que hacer.

—No sin antes robar su corazón, no hay debilidad más grande que robarle el corazón a alguien –habló otro niño con voz solemne.

—Ya no entendí –se quejó el tercer pequeño – ¿es su corazón o es su princesa?

—Sería su reina, tonto –contestó el primero.

—Da igual, si es su novia, su corazón o su Reina, es su debilidad, si acabamos con ella, acabamos con él –contestó el segundo niño –bien Rey Dragón, he encontrado a tu corazón, ahora, he de derrotarte, matándole.

Quédate Conmigo || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora