Epílogo: Abre Mis Ojos.

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Draco Malfoy estaba sentado en el sofá de esa lujosa habitación de hotel en Londres, había comprado un apartamento para alejarse de su padre, ella le había dicho que si no lo soportaba más ¿por qué no se marchaba? Le había ayudado a elegirlo, ya tendrían un lugar donde pasar el rato, ya no más habitaciones de hotel donde siempre terminaban.

Draco se había vuelto adicto a Ginevra, a estar con ella, la forma en que poseerla le hacía sentir, la sensación de su piel contra la de ella, su risa divertida, sus gemidos intentando ser discreta, la manera en la que lo miraba cuando se quedaba sobre ella, después de terminar.

—Estás seria –murmuró en un tono lúgubre también él –no recuerdo la última vez que te vi de ese humor –admitió –tu padre...

—Draco –tragó saliva, se retorció nerviosa los dedos, su pecho subía un poco agitado, estaba inquieta.

—Dilo, tu padre... ya eres mayor...

—Estoy embarazada –soltó, quedándose sin aire, aun así sin respirar.

Todo comenzó a darle vueltas de una manera insoportable, con las palabras de Ginevra golpeándole como si fuese un mazo, "Estoy embarazada" "Estoy embarazada", el miedo le llenó por completo, su promesa de no procrear jamás estaba siendo marchita.

— ¿Cómo? –soltó en un tono frío, intentando ocultar todas sus e mociones, toda la furia, todo el miedo, todo el veneno.

—No estás haciendo en serio esa pregunta ¿cierto? –La mirada de Draco se alejó de ella, que estaba parada cerca de uno de los sofás al costado de donde él estaba –di algo –suplicó.

— ¿Estás segura? –soltó llevándose la mano a la frente, y después tallándose la barbilla.

—Completamente segura, yo pensé que el retraso se debía a...

—No –la detuvo –ya no sigas diciendo nada –cortó enfadado.

—Es que no...

—Yo no quiero hijos –soltó.

Ginny contuvo la respiración ante las palabras frías de Draco, hacía unos días, había estado prometiéndole el paraíso, suplicándole que no se alejara de él, y haciéndole sentir mil cosas al mismo tiempo, y ahora, estaba frío, con una actitud alejada de todo.

—Pero...

—Ni contigo ni con nadie –soltó, sin moverse de su asiento en el sofá.

—Ya es muy tarde para decir eso.

— ¿Muy tarde? –el rubio le dedicó una sonrisa fría y vagabunda, con esa actitud, desprendido de toda responsabilidad.

—Ya estoy embarazada ¿si comprendes eso? –soltó exasperada.

—No, sí, claro que lo comprendo ¿pero qué quieres que haga? –se cubrió la boca con la mano, mientras sus ojos grises le observaban fríos, como si fuese una completa extraña para él.

—No puedes hacerme esto, Draco...

— ¿Hacerte qué? Recuerdo muy bien que te estaba gustando, pedias más, de hecho –se burló de ella.

—Claro, ahora las cosas cambian, estamos enamorados, Draco...

—Estás enamorada, yo por ti no siento nada más que una calentura interesante –se encogió de hombros.

—Pues ya no hay vuelta atrás, estoy embarazada, y es tuyo.

—Ya ¿creíste que embarazarte era la mejor forma de atarme a ti? –se levantó furioso, yendo hasta ella, sujetándola de los brazos con demasiada fuerza.

Quédate Conmigo || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora