15. Cerca de Ti

153 14 6
                                    

Ginny avanzó en dirección a la puerta, sin decir nada más, este era un plan elaborado por Pansy Parkinson hacia tener un pretexto para hacer esa llamada, odiaba estar al borde del abismo, siendo sujetada por una mano que no confiaba, solo una vez se había sentido de esa manera, y había logrado salir de todo aquello, esta vez no había excepción.

Regresó en sus pasos hasta quedar frente a Luna, que frunció el ceño y abrió la boca dispuesta a gritar pidiendo auxilio, pero al ver que la pelirroja no evitaría que lo hiciera, se contuvo, intrigada se cruzó de brazos, cuadrándose ante la imagen de esa mujer extraña.

—Supongo que harás lo que sea por qué te escuche ¿no?

—No estoy aquí para que escuches mi vida trágica, sino porque Pansy Parkinson quiere que la vistas, y me envió a mí porque sabe que no me detendré hasta que aceptes.

—Sabes que puedo decir que sí y al final no hacerlo ¿cierto?

—Entonces, la haré usar el peor vestido de todos, y diremos que fuiste tú quien lo diseñó y coció a mano.

—Eres una digna contrincante, solo dime una cosa ¿por qué lo haces?

—No es de tu incumbencia.

—Secreto por secreto, no me gano nada revelándolo.

—Sabe quién es el padre de mi hijo, lo conoce y si tú no haces ese vestido, serás la causante de que ella haga esa llamada.

—El padre de tu hijo ya está cerca de él ¿no es así? –la pregunta de Luna hizo que los vellos de la nuca de la pelirroja se crisparan y sus ojos se abrieran ciertamente preocupados.

—No –susurró.

—Pero es que tú no lo sabías, solo he visto esa clase de miedo en cachorros heridos.

Luna Lovegood suspiró, asintió sin darle mucha importancia y la abrazó, un segundo después regresó hasta su mesa.

—Tienes que preguntarle si quiere un color especial –le tendió un trozo de papel –me llamas.

—Gracias –sonrío.

—Tienes que tener cuidado con ella, quiero que sepas eso, Ginevra, y sobre todo con tu hijo, su padre está más cerca de él de lo que tú piensas.

— ¿Cómo es que sabes todo eso? –interrogó Ginny, haciendo que la rubia sonriera encogiéndose de hombros.

—Asegúrate de que me diga todas sus ideas y después me deje trabajar.

Ginevra asintió con una sonrisa y salió, dejando a la rubia sola, suspiró agotada y se giró, sentándose en su silla color verde fluorescente, observó la fotografía que estaba cubierta por un tul blanco, sonrío melancólica y tomó el teléfono.

—Hola –saludo la voz masculina al otro lado de la línea.

—Por fin la he conocido –musitó.

— ¿A quién?

—A la madre de tu hijo, desde luego –contestó en un tono suave –al parecer, Pansy Parkinson sabe de ti, y ha estado amenazándole con hacerte volver.

—Ella sabe que estoy en Londres –admitió el hombre –la vi la noche en que Potter inauguró.

—Hice lo que me pediste, decirle que estabas más cerca de su hijo de lo que ella pensaba ¿qué vas a hacer?

—Aún no lo tengo claro, tengo que ganarme por completo la confianza de mi hijo.

—Escuché que su padre está intentando quitárselo de manera legal.

Quédate Conmigo || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora