Capítulo 3↩

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Capitulo III:


Me gritó de una forma tan horrible y maligna. Yo me quedé congelada. Laura intento pararlo pero eso le fue imposible. El padre de Sergio me agarró fuerte del brazo y me hizo parar. Me acorralo en la pared.

-¡Guillermo, para por favor!- dijo Laura tratando de alejarlo de mi.

-No vas a tener a ese bastardo, no lo voy a permitir- me dijo Guillermo.

Yo estaba llorando y no era porque ese desgraciado me gritará, era porque Sergio estaba sentado sin hacer nada. Su cara decía todo, el también quería que me deshaga del bebé.

Luego no escuche nada, no quise hacerlo. Laura, Sofia y hasta Bruno alejaron a ese desgraciado. Cuando empezaron a discutir, nadie me prestaba mucha atención. Entonces agarré mis cosas y me fui.

Pronto se darían cuenta de que me había ido, entonces pedí un taxi y me fui a mi casa. Cuando entré no quise hablar con nadie, porque si decía lo que había pasado, mi mamá y mi abuela iban a ir a la casa de Sergio, a hablar con su padre y sentí que eso iba a ser peor.

Al otro dia, cuando Fui al colegio, Sergio no estaba, no había venido. Me sentía terrible.

Quería matarlo, por haberme hecho tanto daño. Este dolor me estaba matando y no le hacía bien a nadie. ¿Por qué no podía ser un hombre y apoyarme?

Porque no me amaba y era un niño inmaduro.

[...]

Me estaba dirigiendo a mi casa, cuando de pronto, Paio, el mejor amigo de Sergio me detuvo.

-Flor, necesitó hablar contigo- me dijo

-¿Qué sucede?- le pregunté con mucha curiosidad.

-La madre de Sergio, Laura, me llamo diciendo que no encontraba a Ser y me dijo que te preguntará si lo habías visto-

Mi corazón se detuvo.

¿No lo encontraba?

-No, no lo vi- le dije con un tono apenas entendible.

Paio puso de vuelta el teléfono en su oreja y repitió lo que había dicho.

Cuando estaba por irme, Paio me agarró del brazo de vuelta.

-Flor, ¿hay algo que paso entre Sergio y tú?- me preguntó.

-¡No!- le grité.

Por supuesto que Paio, no me creyó.

-Vamos Flor, mi amigo no aparece, debes ayudarme- me dijo con un tono lleno de preocupación.

Baje la cabeza.

-Por lo menos ayúdame a buscarlo- me dijo.

-¿Por qué yo tendría que hacerlo?- le pregunté encarnando una ceja.

-Porque se que algo paso entre ustedes dos, y si lo encontramos, podrías hablar con el- me dijo

Abrí la boca para protestar pero no tenía ninguna excusa para no ir. Suspire y me metí en el auto azul de Paio para buscar a Sergio. No hablamos en todo el trayecto, no había mucho que decir. Yo no iba a decirle mi secreto.

Recorrimos todos los lugares "preferidos" de Sergio, según Paio. Nos bajamos en un bar, en donde lo vimos tomando alcohol.

-Sergio, amigo me tenías preocupado- dijo Paio.

Sergio le sonrió y su sonrisa se borro cuando me miro.

-¿Qué haces tú aquí?- me dijo con un tono de borracho.

¿Por Qué A Mí? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora