— ¿Adrien? ¿Qué haces aquí?
— Ho-hola, Mari.
— Hola, Agreste. — sonrió tiernamente mientras el rubio jugaba con sus manos. — ¿Por qué estás tan nervioso?
— Necesito tu ayuda.
— Claro, ¿qué necesitas?
— Verás, es algo... complejo. — titubeó apartando la mirada.
— No entiendo. — buscó sus esmeraldas, en un intento de ver en sus ojos lo que realmente pasaba.
— Mi ex me persigue. — explicó, mirándola suplicante.
— Wow, ¿quieres una orden de restricción? Creo que eso...
— ¿Te importaría ser mi novia falsa? — las facciones de la joven se desfiguraron, dudas recorriendo su mente respecto a la propuesta que el modelo le había planteado.
— ¿P-por cu-cuánto sería eso? — con los nervios a flor de piel, un suspiro abandonó los labios del ojiverde.
— No lo sé, supongo en lo que la mujer me deje en paz. Disculpa que te pida esto, sé que nos hemos visto 3 o 4 veces, pero no te lo pediría si no fuera necesario. — todos en la recepción se mantenían callados, escuchando la extraña petición del famoso. La azabache se acercó lentamente a él, para luego terminar cerca de su oreja.
— Creo que deberíamos ir a otra parte, arruinas mi reputación de soltera. —susurró en tono divertido.
— Lo que diga, mon cherie. — respondió de igual manera con una sonrisa.
— Alya, ¿me cubres? — pidió la azabache, a lo que la morena asintió con la cabeza. — Si Damocles pregunta, dile que fui a comprar croissants. — sonrió y ambos salieron.
— ¿Damocles? –preguntó confundido el rubio.
— Mi jefe, un hombre robusto, amante de los croissants.
— Vaya, no soy el único. — la miró de reojo mientras ella giraba su vista hacia él. — Sobre lo que te dije en la comisaría...
— Emm, supongo que... — el rubio miró al frente, donde se hallaba el motivo de toda aquella locura.
— Lo siento, ¿sabes actuar?
— Sí.
— Bien, finge ser mi novia, ahora, te lo suplico.
— ¿Okey?
— ¡Adrien! — la voz mas chillona de la chica se escuchó. El modelo tomó rapidamente la mano de la joven policia y sonrió.
— Lila, que gu-gusto verte. — [Que pesadilla]
— ¿Quién es ella? — señaló con notoria molestia a la azabache.
— Su/Mi novia. — hablaron al unísono.
— ¿Una policía? ¿Contigo? Demostración, por favor. –aplaudió dos veces, indicando que era una orden que seguro no cumplirían. Adrien se acercó lentamente a Marinette, quien se mantenía inmóvil.
— Lo siento. —susurró cerca de su rostro y la besó. La chica seguía estática, pero aún debía seguir con la actúación. Además, el chico le gustaba, debía aprovechar. Cerró los ojos y continuó aquel beso inesperado.
— ¡Basta! —gritó Lila. — Amore mio, no tienes que utilizarla, yo te perdono.
— ¿Utilizarla? Para nada. Yo... — pasó su brazo por los hombros de la azabache, resaltando sus palabras.— Amo a esta chica. Y ni en tus sueños estaré contigo. Sabes bien que era obligación, pero tengo 24 años y soy independiente, mi padre no me dice que hacer ya. Vamos, princesa. –tomó su mano y caminó tranquilamente con ella por la calle.
— ¡Adrien! ¡Ven acá!
— ¡Ciao, Lila!
— ¡Esto es tu culpa, Dupain!
— ¿La conoces? — preguntó asustado el rubio. Ella señaló su placa; su nombre completo estaba ahí.
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Romance Asesino [En edición]
FanfictionMarinette Dupain Cheng, una brillante policia en busca de Chat Noir y su grupo de criminales: Los "Akumatizados". Asesinos si la situación lo ameritaba, y simples civiles a la luz del día. Buscados, pero jamás encontrados. Trajes a la medida y masca...