— Hola hola Mari...nette. — vio con sorpresa las condiciones de aquel cuarto, con pañuelos por doquier y una pálida azabache en su cama, envuelta por una bata y sus mantas, comiendo helado.
— Hola Chat, achú, ¿qué haces aquí?
— Pues... ¿Vine a verte?
— Ah, achú, sabes que no puedes venir.
— Pero quería. Además, parece que estás enferma. — dijo acercando su mano a la frente de la azabache.
— ¡No! D-digo, sólo es un resfriado.
— Mari, estás mal.
— No, Chat, estoy bien, ¡en serio!
— Nop, ¿estás aburrida? — giró su vista a ciertos libros que tenía su lady.
— Sí.
— ¿Te parece si te leo algo?
— Bueno~. — el rubio sacó el primer libro: El Principito. Se quedó viendo el marca páginas, era una fotografía y una llave. Se giró hacia la azabache, la cual miraba por la ventana sin expresión en el rostro.
— ¿Algo que no me hayas contado?
— No
— ¿Segura?
— Sí.
— Vamos, pequeña, puedes contarme.
— No. — el ojiverde, ceño fruncido, se sentó cerca de la ojiazul. Ella seguía mirando por la ventana y él la veía con notoria preocupación.
— Prrrinces.— habló el rubio mientras giraba el rostro de la azabache hacia el suyo suavemente. — ¿Metí las garras?
— Siempre lo haces ¿O se te olvida que eres un asesino y estás en casa de una policía?
— No lo olvido, pero por algún motivo no me hablas.
— Quiero que respondas algo... Sinceramente.— Claro.
— ¿Tu nombre civil empieza con A y termina con N? -[Me descubrió?]
— ¿Por qué preguntas eso?
— Dijiste que responderías con sinceridad. — el rubio fijó sus verdes en los azules de su compañera, debatiendo entre mentir o cumplir su promesa.
— S-sí. — la chica se puso pálida de golpe y sus ojos se llanaron de lágrimas.— ¿P-puedo preguntar algo mas?
— Marinette, ya, detente.
— ¿Me conoces en tu vida civil y me dices Linda Azabache?
— ¡Sabes quien soy, está hecho! ¡Sabes que te llamo así y que si estoy aquí es por ti! ¡Deja de preguntar si ya sabes todas las respuestas! — las lágrimas bajaban por sus mejillas y terminaban en su cuello junto a un sollozo.
— ¿Princesa?
— ¿Esto es un sueño?
— ¿Un sueño? Mi lady, no me asustes.
— E-eres Adrien Agreste. P-pero de seguro esto es una pesadilla y... Y esto no es real.
— Mari, creo que estás despierta.
— Entonces vete. ¡Vete! ¡No quiero verte, maldito asesino!
Y en ese momento despertó, respirando irregularmente y sus manos tiritando. Tocó su pecho, revisando su pulso. Se había sentido tan real, que dudaba de si había sido un sueño o de verdad había pasado. Tomó su celular: 3:08 AM. Suspiró y se quedó mirando el techo.
Mientras tanto, el rubio se encontraba en la misma situación. Solo que él había soñado otra cosa: Estaba él, a su izquierda, una chica identica a Marinette con un top de catarina, unas calzas del mismo tipo y una máscara. A su derecha, Marinette inconsciente.
— ¿Qué quieres, Chat Noir?
— Nada de otro mundo. ¿Qué le hiciste a Marinette?
— ¿Yo? ¡Nada! Ni siquiera sé que le pasó —comenzó a mirar a ambas, eran iguales
— Tú... Tú e-eres Ma-marinette.
— Ajá, y tú Adrien Agreste.
— ¿Cómo lo supiste?
— ¿Ves? No te molestas en negarlo. A la mínima presión hablas. Vaya asesino que me tocó detener. Todos tus amigos están muertos, condenados a pena de muerte, no me sorprendería que tu también.
— No dejarías que me mataran.
— ¿Ah, sí? ¿Seguro?
— En el fondo también eres una asesina ¿verdad? — ella sacó su arma, y apuntó hacia él.
— ¡Su muerte no dependía de mí!
— Pero podrías haberla salvado. — un fuerte dolor en su costilla lo hizo gritar y arrodillarse en el suelo, mientras la chica seguía en shock, viendo sangre por su traje.
Miraban el techo, ambos en sus respectivas casas. Temían que aquello de volviera una realidad, cuando ella aún podía retirarse del tema y salir ilesa, mientras él estaba condenado.
Pero ella no lo abandonaría, no dejaría que lo mataran, ni los Akumatizados, ni su propio ejército.
ESTÁS LEYENDO
Romance Asesino [En edición]
FanfictionMarinette Dupain Cheng, una brillante policia en busca de Chat Noir y su grupo de criminales: Los "Akumatizados". Asesinos si la situación lo ameritaba, y simples civiles a la luz del día. Buscados, pero jamás encontrados. Trajes a la medida y masca...